Su decisión de dar una entrevista al periodista Julio Scherer generó desconcierto en las autoridades de México y Estados Unidos, Ismael ‘El Mayo’ Zambada es el único que sabe el motivo real para exhibirse por vez primera ante la opinión pública y dejar las sombras en donde prefirió mantenerse para poder mandar impunemente en el Cártel de Sinaloa, la organización criminal puntera en la región.
Ese día le permitió al mundo conocer su intimidad, su opinión respecto a la inseguridad y negó ser un delincuente, contó sus historias amorosas y habló de las detenciones de sus herederos, pero jamás aceptó ser el jefe del grupo delictivo.
Zambada aprovechó los reflectores sobre su socio, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera, para mantenerse firme en la silla, a pesar de sufrir atentados contra su vida en la década de los noventa y vio la detención de hombres de su entera confianza, nunca se ha sentido acorralado o presionado por las autoridades.
En dos de los libros de Anabel Hernández se refieren a Ismael como el verdadero ‘capo de capos’, tanto El Chapo como Amado Carrillo, ‘El Señor de los Cielos’, debían consultar y obtener su aprobación para ejecutar planes o de lo contrario lo vería como una ofensa muy personal que les podría costar caro.
Tanto en los títulos “Los Señores del Narco” y ´El Traidor’, escritos por Hernández, se revela quien eran ‘El Mayo’ antes de convertirse en el jefe criminal más poderoso de México.
Se habla que su cuñado, un hombre cubano identificado como Antonio Cruz”, fue el que introdujo al sinaloense en el mundo del narcotráfico; aparentemente este personaje era un jefe criminal en Estados Unidos y también fue parte de la Policía Secreta de Fidel Castro.
Cruz conoció a la hermana de Ismael y pronto le ofreció participar en su red de trasiego de drogas, lo colocó a mando en la plaza de Los Ángeles; California, al ver el excelente negocio comenzó a bajar a Tijuana y a otras ciudades del país.
Refiere que Ismael y su familia estaban en una situación de pobreza extrema, su único ingreso lo obtenía de vender las llantas de camiones en el ingenio azucarero que estaba en las inmediaciones de Culiacán.
Un punto de inflexión en la carrera criminal de Ismael fue cuando al inicio de los noventa los hermanos Arellano Félix rompen con él y lo obligan a instalarse en Sinaloa. Fue en ese momento en que el resto de sus condicionales crearon una organización criminal para hacer frente a las bandas rivales.
El plan de poner a Guzmán Loera como la cabeza visible de la organización criminal quizá fue idea de Zambada y los rumores de que presidentes pactaron para nunca tocarlo circulan con más fuerza.
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