La palabra aguacate proviene del nahuatl ahuacatl, que significa “testículos del árbol”.
México es el principal productor mundial de este fruto: el 48.3 por ciento del aguacate que se consume en el planeta es mexicano.
Los vestigios más antiguos del aguacate se remontan a una cueva en Coxcatlán, ubicada en la región de Tehuacán, Puebla, y datan del año 8,000 a.C.
El árbol del aguacate puede alcanzar 20 metros de altura, pero generalmente se mantiene de menos de cinco metros.
Su nombre científico es Persea americana y hay más de 90 especies en el continente, distribuidas desde el centro de México hasta Centroamérica.
Hay tres razas de aguacate: mexicana, auácatl (P.a. var. drymioflia); guatemalteca, quilauácatl (P.a. var. guatemalensis), y antillana tlacozalauácatl (P.a. var. americana), las cuales dan lugar a una gran cantidad de híbridos, entre los más conocidos son el Fuerte, Hass, Bacon, Pinkerton, Gwen y Reed.
En México se tiene documentada la presencia de alrededor de 20 especies.
El aguacate es rico en proteínas, lípidos y vitaminas (particularmente A), así como potasio, fósforo y calcio. Además de los frutos frescos, se utiliza la pulpa congelada, deshidratada, y los extractos de aceite para la industria cosmética. Las hojas, semillas y corteza se utilizan como remedio medicinal y en la producción de tintes. Los árboles son parte de los huertos de café y cacao y de los traspatios de las casas. (Con información de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad)