Alejandro Villa, intérprete del género de los narcocorridos, fue asesinado como uno de los personajes de sus canciones más famosas; el joven fue baleado afuera de una tienda de vinos y licores, ubicada en las calles Capulín y Sandía, en la colonia Las Huertas de Tlaquepaque.
Villa, perteneciente a una dinastía musical importante, en varios medios ya era considerado como la sangre nueva de los corridos.
En sus cuentas de redes sociales presumía llevar una vida de lujos y posaba con vehículos deportivos, armas y rodeado de mujeres, incluso varias de sus canciones las dedicó al abatido ex líder del autogobierno del reclusorio preventivo conocido como “Don Chelo” o el 77”, quien murió en un operativo realizado por los efectivos de la Marina en el Nuevo Periférico y la carretera libre a Zapotlanejo en Tonalá.
Pero la imagen que más llamó la atención fue donde aparece su abuelo, Federico Villa, autor de ‘Caminos de Michoacán’, a lado de Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara.
El joven de 25 años recibió más de diez impactos de bala, según las autoridades.
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