Su devoción por santos no reconocidos ya le creó serios problemas a los jerarcas de la Iglesia Católica en México, los criminales de nuestro país han demostrado ser unos fieles creyentes que no escatiman en dinero cuando se trata de rendir culto a Jesús Malverde, ‘El Niño Huachicolero’ o incluso a Nazario Moreno.
El llamado patrón de los sicarios se popularizó en el mundo de los narcos en los años setenta; se dice que un capo identificado como Julio Escalante ordenó matar a su hijo Raymundo, quien fue arrojado al mar; pidió ayuda a Malverde y un pescador lo salvó.
Su historia fue tan famosa que rápidamente criminales como Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca, Amado Carrillo acudieron a la capilla de Malverde para rendirle culto.
Aunque no hay certeza de su existencia, Malverde era un delincuente de los Altos de Culiacán que robaba a gente rica para darle a los pobres.
Gracias a sus ‘milagros’ en la actualidad tiene varias capillas en ciudades como Culiacán, Tijuana, Chihuahua; incluso en Colombia y Estados Unidos.
La guerra contra el huachicol dejó al descubierto varias de las practicas de estos criminales.
Una que llamó la atención fue la devoción que tienen hacia el llamado ‘Niño del Huachicol’.
La Iglesia Católica consideró que al añadir las imágenes de sus santos con herramientas usadas para cometer delitos sólo puede calificarse como una práctica diabólica.
Aparentemente los huachicoleros modificaron al Santo Niño de Atocha, colocandko una manguera y un pequeño galón de combustible.
En los últimos años los criminales comenzaron a rendirle culto al capo fundador de dos de los cárteles más violentos de la época moderna.
Nazario Moreno, ‘El Chayo’ o ‘El más loco’, propagó entre los integrantes de La Familia Michoacana y los Caballeros Templarios su ideología religiosa.
Sus allegados decían que el sicario se consideraba a sí mismo como un santo, un “protector de los más pobres y defensor de los enfermos”.
Nazario Moreno adoctrinó a sus integrantes con su ideología y durante los entrenamientos los ponía a rezar sus oraciones de la nueva secta.
Su fama de santo creció al crearse una historia sobre que después de morir en un enfrentamientos con fuerzas federales resucitó.