No fueron el primer grupo femenil al servicio de cárteles, pero pasaron a la historia por ser el más sanguinario de todos.
Sus integrantes tenía en común ser jóvenes delgadas, extraídas de colonias populares de ciudades como Reynosa e incluso su relación con el mundo de las drogas comenzó desde una temprana edad.
La célula criminal del Cártel del Golfo, bautizada como ´Las Flacas’, surgió para enfrentarse al grupo delictivo de ‘Los Zetas’; primer cártel en permitirle a las mujeres en participar en sus acciones criminales de una forma más activa; no sólo fueron administradoras de las ganancias o esposas de los capos, eran sicarias capaces de matar a sangre fría a pesar de su aparente fragilidad.
Aquellas personas que traicionaban al grupo delictivo o los propios policías temían enfrentarse a Las Flacas, esto debido a la forma tan sigilosa de realizar las tareas encomendadas.
De las primeras en ser reclutadas fueron Joselyn Alejandra Niño y Yesenia Pacheco Ramírez, ‘La Güera Loca’, ambas asesinadas de forma terrible por ‘Los Zetas’, pero en la lista de las más buscadas también sobresalen Nancy Manriquez Quintanar y Verónica Mireya Moreno Carreón.
Se dice que estos grupos siguen operando en los estados de Tamaulipas, Chihuahua, Sonora y de manera muy discreta en Sinaloa.
Andrew Chesnut, de los primeros en investigar el sicariato femenil, afirma que Las Flacas demostraron más arrojo y decisión que los hombres, por eso se convirtieron en un grupo favorito de los capos del Golfo.
“Se incorporan a los grupos delictivos por la adrenalina y para participar en tareas de riesgo, la riqueza no es prioridad, debido a que no se aferran a los lujos”.
Tras perder a sus primeras jefas, Las Flacas aparentemente tomaron un rumbo diferente y se dice que desertaron del Cártel del Golfo y ahora son mercenarias al servicio del grupo que les pague más.