Al ser Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán el líder moral del grupo criminal que fundó junto a Ismael ‘El Mayo’ Zambada y Juan José Esparragoza ‘El Azul’, su detención y posterior extradición a los Estados Unidos sucumbió los pilares del Cártel de Sinaloa.
Aparentemente ‘El Mayo’ era el único jefe que trató de mantener fuerte a la organización criminal, pero había otros tres grupos que querían suceder al otrora capo más buscado.
Por un lado los herederos de Guzmán Loera; Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar saltaron reclamando por lo que derecho les correspondía, pero entre los obstáculos a la cima se encontraron a personas muy familiares para ellos.
Aureliano Guzmán Salazar, ‘El Guano’, hizo frente a otras células y bandas rivales que querían arrebatar el control a los del Pacífico, debido a que ayudó a su hermano a escapar del penal, se sintió con derecho a asumir la cabeza de la estructura criminal.
La otra banda que surgió para pelear por la organización de Guzmán Loera es la de los Dámasos, quienes incluso se aliaron con uno de los enemigos jurados de ‘Los Chapitos’, en Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’, vieron la posibilidad de crecer en el negocio del narco.
La pugna interna permeó los cimientos del grupo criminal y todo parece que les dio herramientas al Cártel Jalisco Nueva Generación para arrebatarles el dominio en los negocios y convertirse en el grupo hegemónico del país.
Tanto las bandas de ‘Los Guanos’ y de Dámaso López Núñez y su hijo, quisieron eliminar de tajo a los hijos de Guzmán Loera, situación que desembocó en su secuestro y diferentes atentados que sufrieron ellos e incluso ‘El Mayo’.
La guerra se mantiene y esperan que otro heredero como Juan José Esparragoza, ‘El Azulito’, sea clave para calmar las aguas en el Cártel de Sinaloa.
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