Durante casi dos décadas el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, ha usado la extrema violencia para reprimir a grupos rivales y atentar contra civiles.
La reacción de la población es de repudio por estos actos sanguinarios que horrorizaron al país y que muchas siguen sin ser esclarecidas por la justicia.
Cuando por primera vez se habló del CJNG, tenían por mote ‘Los Matazetas’, un brazo armado del Cártel de Sinaloa que enfrentó a la entonces organización criminal más sanguinaria que se conocía.
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Documentos clasificados de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) detallan que la alianza entre El Mencho, y su cuñado Abigael González Valencia, líder de ‘Los Cuinis’; fue clave para que en menos de tres años tuvieran presencia en catorce entidades de México.
Y poder competir con los del Pacífico por el control del tráfico de drogas como la cocaína o metanfetamina a los Estados Unidos y Canadá.
Aunque el gobierno federal sostiene que la organización con sede en Jalisco es una de las más golpeadas en los últimos tres años, al detener a cabezas como el propio Abigael y a varios de sus hermanos o incluso los hijos y la esposa del Mencho.
Sus acciones no impidieron que conformen una vasta red criminal con nexos en América Latina, Asia y Europa.
El Mencho y su despiadada carrera
La primera matanza del CJNG ocurrió en Veracruz, la mañana del 21 de septiembre dejaron en la avenida principal camionetas con 35 cadáveres.
En el informe se mencionó que la mayoría de los muertos fueron torturados primero y luego asesinados.
Casi todos murieron por asfixia, otros a golpes y otros desangrados.
Aparentemente ninguno era sicario rival
Se dice que ‘El Mencho’ incorporó a sus grupos armados a guerrilleros de las FARC y ex Kaibiles, mismos que comenzaron a adiestrar a los sicarios con técnicas tachadas como inhumanas.
Sus ganancias por el tráfico de drogas, lavado de dinero y por delitos como extorsión o secuestro son incalculables.
Los especialistas en seguridad señalan que las matanzas son ofensivas del CJNG para controlar territorios.
Al ser ya un grupo consolidado, el CJNG cometió una matanza contra las autoridades.
Se les responsabiliza del asesinato de 15 policías federales en Ocotlán.
Así como emboscar a elementos de la Fuerza Única en San Sebastián del Oeste y del derribo de un helicóptero de la SEDENA.
La última masacre quedó registrada en video; un jefe del CJNG en Michoacán fusiló a por lo menos 17 personas que estaban en un velorio.
El aparente ataque fue dirigido contra Alejandro García, el Pelón, integrante de la Familia Michoacana, quien fue confirmado como fallecido por la Fiscalía Estatal.
Las investigaciones señalan que ambos se acusaron de haber asesinado y desaparecido a familiares, por lo cual aprovechó la presencia del presunto criminal en la entidad para acudir al lugar y ejecutar a su rival.
Para no dejar evidencia en la comunidad de San José de Gracia, se limpió y se llevaron los cadáveres de las víctimas.