Las primeras fotos de Sandra Ávila Beltrán, ‘La Reina del Pacífico’, dejaron al descubierto su vida glamorosa que podía darse gracias a sus actividades ilícitas.
Quizá la mujer más poderosa en el mundo de los narcotraficantes, cobró más importancia al ponerla por el Gobierno de México como uno de los objetivos prioritarios, a la par de los llamados ‘señores de las drogas’ como Joaquín ‘Chapo’ Guzmán y Rafael Caro Quintero.
Ávila Beltrán se inició como una mediadora entre diferentes cárteles mexicanos y colombianos, su papel fue fundamental para que el grupo del Pacífico se consolidara y ahí fue cuando las autoridades de los Estados Unidos y de México la pusieron en su radar para detenerla.
Otra de sus tareas era ‘blanquear’ el dinero y conciliar en los diferentes problemas que podrían suscitarse entre los integrantes de la llamada ‘Federación’.
Esa labor le fue encomendada al ser sobrina de dos de los primeros capos mexicanos, Juan José Quintero Payán y supuestamente de Miguel Ángel Félix Gallardo.
Al momento de ser detenida, Ávila Beltrán estaba acompañada de Juan Diego Espinosa ‘El Tigre’, segundo al mando del cártel Valle del Norte de Colombia.
Antes de ser internada en una prisión mexicana, la famosa narcotraficante fue reclamada por los Estados Unidos al ser acusada de ser la operadora logística para la introducción de cocaína a su territorio desde Colombia.
La Reina del Pacífico pasó varios años cumpliendo su condena en centros penitenciarios de Florida, Louisiana y Texas.
En 2013 fue deportada a nuestro país y recluida en el penal federal de Nayarit.
El mito de Sandra creció más al publicarse un libro que habla de la vida de una mujer que logró dominar el mundo de las drogas y se encumbró luego de la teleserie protagonizado por Kate del Castillo.
VER: La mujer que inspiró a ‘La Reina del Sur’
