Su nombre se popularizó por la tercera temporada de la narcoserie de Netflix, ‘Narcos’; pero Enedina Arellano Félix ‘La Narcomami’, rompió el estereotipo de que las mujeres sólo tenían un rol secundario en los cárteles de las drogas en México.
Fue así como pasó de ser una mujer que reinó en el mundo del narco a estrella de la televisión.
Asumió el control del Cártel de Tijuana justo cuando la guerra por el control del tráfico de drogas se volvió más encarnizada con el grupo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera.
La Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) señaló a Enedina Arellano Félix como la primera mujer en liderar a uno de los cárteles de las drogas más poderosos de México.
Fue por petición de sus hermanos, que ‘La Narcomami’ asumió el control de la organización criminal.
‘La Narcomami’ y sus actividades criminales
Las autoridades la tuvieron en la mira por muchos años debido a que era la responsable de administrar y blanquear las ganancias que obtenían sus hermanos por sus actividades ilegales.
Pero poco a poco se fue metiendo a mover las redes del Cártel de Tijuana, aunque cuidó que sus movimientos fueran cautelosos y pasarán desapercibidos por parte de la Procuraduría General de la República (PGR).
No fue hasta que en los reportes de la propia DEA y del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos se señaló a Enedina de ser la cabeza de la organización criminal y que debido a su labor logró que extendiera sus operaciones a centro y Sudamérica.
Anheló ser reina de belleza
Su historia poco conocida es el lado de sus sueños de su juventud, antes de que su familia la presionara a integrarse al oscuro negocio familiar.
Las personas allegadas a ‘Narcomami’ la recuerdan como una mujer hermosa que como todas las jóvenes de Sinaloa aspiraba a ganar un certamen de belleza.
Dicen que era seductora, perspicaz y de carácter fuerte, cualidades que le permitieron, primero concluir su carrera de Contaduría en Guadalajara, y posteriormente ser la primera mujer en México en encabezar un cártel.
Además, se mencionó que la guerra entre cárteles ocurrió cuando un sicario del ‘Chapo’ se enamoró de Enedina.
Armando López ‘El Rayo de Sinaloa’, íntimo amigo de Joaquín Guzmán, pretendió a Enedina Arellano Félix, pero sus hermanos se opusieron a la relación.
Al conocer que el sicario no cesó y siguió buscando el amor de la llamada ‘Narcomami’, sus cuñados lo citaron a una reunión en Tijuana para dejarle en claro que su noviazgo no podría seguir.
‘El Rayo de Sinaloa’ defendió su amor por Enedina, pero Ramón Arellano Félix tenía como encomienda dar un correctivo al compadre del ‘Chpapo’.
Sin mediar palabra le disparó a quemarropa en la cabeza.
El pretendiente cayó muerto y Arellano Félix se encargó de llevarse su cadáver y dejarlo en un lugar lejano para no ser localizado tan fácilmente.
Los de Sinaloa se enteraron del homicidio de su integrante.
Pidieron a Juan José Esparragoza, “El Azul”, líder del cártel de Guadalajara, su autorización para eliminar a los hermanos Arellano.
Desde entonces las dos facciones comenzaron una brutal guerra, que dejó miles de muertes y que marcó los años 90 en el noroeste mexicano.