A finales del 2020 se informó que Rafael Caro Quintero se refugió en Caborca, Sonora, para encabezar un nuevo grupo criminal que buscaría controlar el tráfico de drogas en la región y quitarle poder a la célula de ‘Los Salazar’, brazo del Cártel de Sinaloa.
Tanto las autoridades de México como de los Estados Unidos alertaron de un posible incremento en la tasa de homicidios por la irrupción de este nuevo Cártel de Caborca y más cuando se filtró que Caro Quintero pactó con Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’, y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Pero bajo las indagatorias de la Fiscalía General de la República se estableció que sus jefes de plaza estaban distribuyendo drogas como crystal o cocaína a otras entidades como Guerrero o el Estado de México.
Tan sólo la semana pasada Juan Pablo Quintero, sobrino del capo más buscado por la DEA, fue detenido y recluido en el Reclusorio Oriente por estar ligado a un homicidio ocurrido en noviembre del 2020.
El familiar de Caro Quintero fue sorprendido cuando estaba con unos amigos en una residencia del municipio de Atizapán de Zaragoza.
Ese mismo día, pero a miles de kilómetros de distancia, fue abatido en Acapulco, Guerrero; Fernando Delgadillo Hermosillo alias “El Miko” o “Miko” quien de acuerdo a información de área de inteligencia fue identificado como operador directo al servicio de Alfredo “O” alias “Chapo Alfredo” grupo delincuencial dirigido por Rafael caro “Q” y de su sobrino Juan Pablo “Q”.
La Fiscalía General de Guerrero señaló a este sujeto como el responsable del tráfico de droga en los municipios de Bacum, Cajeme, Empalme, Ciudad Obregón y Guaymas, en el Valle del Yaqui, del estado de Sonora.
Miko está ligado al padre de ‘Alfredito’ Olivas, cantante de música de banda y norteña.