Su auge como destino turístico popular de México se dio casi a principios de la década de los noventa y con la llegada del nuevo siglo, Puerto Vallarta se convirtió en un punto obligado a conocer para los visitantes nacionales e internacionales que disfrutan de las mejores playas.
Su carta de presentación como una ciudad amigable con la comunidad LGBT+ y con actividades para familias, parejas y hasta como centro de convenciones hizo detonar industrias lucrativas ilegales como el tráfico de droga y trata de mujeres.
Ambos problemas se agudizaron con el crecimiento del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), organización delictiva que opera en la zona con aparente impunidad y con el beneplácito de las autoridades que no han podido detener sus operaciones.
La postura oficial fue que Vallarta es seguro para sus habitantes y turistas, pero con el recién asesinato del ex gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval Díaz, a manos de un grupo delictivo el discurso debe ser diferente, así lo entendió el actual mandatario Enrique Alfaro Ramírez, que pidió apoyo del Gobierno de la República para apaciguar el balneario jalisciense.
El crimen que ocurrió en el popular Bar Distrito 5, ubicado en la avenida principal de Vallarta, era una mancha muy difícil de tapar para el sitio que espera recibir miles de visitantes en esta vacaciones de Invierno, pero el hecho de que empleado manipularon la escena del crimen y se llevaron cámaras de seguridad para no dejar rastro del responsable destapó una cloaca de complicidad.
La Fiscalía de Jalisco adelantó que le será difícil resolver el magnicidio y parece mostrar inoperancia al pedir auxilió a la población que pudiera tener videos del momento del crimen y del enfrentamiento posterior que se dio en el estacionamiento del local.
Pero este tipo de crímenes no son nuevos, tan sólo un mes antes del asesinato de Aristóteles Sandoval Díaz, un grupo armado secuestró en la misma zona al empresario inmobiliario Emilio Tomé, quien días después apareció muerto. La versión oficial fue que todo se trató de un problemas por terrenos.
En esta zona exclusiva parece ser la preferida del cártel para hacer negocios y realizar sus atroces crímenes o venganzas.
Se recuerda que a no más de un kilómetro del Bar Distrito 5 está el restaurante ‘La Leche’, el lujoso local donde en 2016 hombres armados del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, secuestraron a Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, herederos del imperio criminal de Guzmán Loera.
Ahora al autor intelectual de actos criminales sufría, pero la mediación de otros capos permitió la liberación de sus hijos sin rasguño.
Aparentemente el secuestro fue un mensaje del CJNG y de sus nuevos aliados para que ‘El Chapo’ supiera que en estos terrenos que controló en el pasado ya no tenía permitido el paso.
Pero el evento que exhibió a Vallarta como una ciudad que estaba en poder del crimen fue en 1992, los entonces cárteles más poderosos de México estaban en una guerra por controlar puntos claves para el tráfico de drogas.
Fue en la discoteca de moda, Christine, donde un grupo de pistoleros del Cártel de Sinaloa irrumpió para disparar contra clientes y empleados.
Se mencionó que el ataque iba dirigido contra los hermanos Arellano Félix, quienes hicieron estallar el 29 de mayo de ese mismo año en una de las propiedades del líder del Cártel de Sinaloa.
El tiroteo dejó como saldo seis muertos y tres lesionados; los Arellano Félix sobrevivieron al atentado.
Han pasado casi tres décadas de la balacera ejecutada por el Cártel del Pacífico, pero Vallarta y sus lujosos bares, restaurantes y demás centros de entretenimiento nocturno parecen estar en manos de la delincuencia y las autoridades locales parecen estar contentos con la situación.
El narco que construyó la discoteca más lujosa de México
Bar Distrito 5 ¿Qué se sabe del lugar donde mataron a Aristóteles?