Dos mujeres pueden ser consideradas como las pioneras de la participación femenina en el negocio del narcotráfico en México.
Se trata de María Dolores Estévez Zulueta, alias ‘La Chata’ e Ignacia Jasso, alias ‘La Chata’.
De acuerdo con el estudio ‘Las mujeres en el narcotráfico’ del maestro en historia Juan Antonio Fernández Velázquez, publicado en la Revista Clivajes, Ignacia Jasso fue quizá la primera líder criminal de Ciudad Juárez.
Junto con su esposo o Pablo González, alias ‘El Pablote’, Ignacia Jasso consiguió tener el control del tráfico de marihuana y morfina en la línea fronteriza de El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, Chihuahua, en la década de los veinte.
Uno de los rasgos característicos de su organización fue el alto nivel de violencia, pues tenían como práctica común la ejecución de sus rivales.
‘La Nacha’ y ‘El Pablote’ consiguieron el control de la zona después de ejecutar a sus rivales: un grupo de orientales que llegó a nuestro país, huyendo de Estados Unidos, tras un terremoto que sacudió a San Francisco en 1906.
“La preeminencia de los asiáticos en la distribución y venta de drogas finalizó cuando, a mediados de los años veinte, fueron asesinados 11 inmigrantes chinos dedicados a dicho comercio ilícito. El responsable de las muertes fue un individuo apodado ‘El Veracruz’, al parecer integrante del grupo de ‘La Nacha’ y su esposo ‘El Pablote’. Se inició así la larga historia de las ejecuciones asociadas al narcotrafico en esta ciudad.
“La masacre de los chinos precedió la fama de la pareja González-Jasso, que controlaba la venta de mariguana, heroína y cocaína. Al parecer, la cabeza de la organización era La Nacha quien manejaba su organización con discreción y generosidad, de tal manera que no se vio obligada a utilizar “grandes dosis de violencia” para controlar su imperio”, narra un texto de Adriana Linares disponible en la página de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
‘El Pablote’ murió en 1930 por un pleito de cantina. Mientras que Ignacia Jasso continuó con el negocio del tráfico de drogas gracias a la protección que recibió de algunas autoridades.
La abuela del narco en CDMX
En la década de los 40, María Dolores Estévez Zulueta, ‘La Chata’, fue considerada como la enemiga pública número uno. Su zona de operación se ubicó en La Merced, Ciudad de México.
“En 1945, el Presidente Manuel Ávila Camacho promulgó un decreto para la Secretaría de Gobernación y organismos policiacos de todo México, con el fin de que arrestaran a la “enemiga pública número uno”: ‘Lola la Chata”’ quien operaba en la ciudad de México, principalmente en La Merced. De acuerdo con nuestras fuentes, ‘La Chata’ pagaba grandes sumas a empresarios y elementos de la policía para que la protegieran y la dejaran ‘trabajar’”.
‘La Chata’ fue detenida en siete ocasiones por la venta de droga, actividad en la que se inició a los 13 años.
Fuente: http://miguelangelmoralex-bitacora.blogspot.mx/