En su disputa por ser el principal narcotraficante en México, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera padeció tragedias personales como muertes de familiares que lo marcaron personalmente e hizo replantearse sus estrategias.
El fallecimiento que quizá más lo marcó fue el de su hijo Edgar Guzmán López, de solo 22 años de edad, el 9 de mayo del 2008.
El homicidio se debió a que los narcotraficantes acusaron a Guzmán Loera de ser el responsable de entregar a las autoridades a su hermano Héctor Beltrán Leyva. Por lo que decidieron romper la sociedad que tenían con el Chapo y en represalia matar a su heredero.
Allegados al capo reconocieron que la muerte de Édgar caló profundo en el ánimo del capo y durante varios años intentó proteger al resto de sus hijos de los asuntos del negocio.
Incluso cuando sus hijos Ovidio y Alfredo fueron secuestrados por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) pensó lo peor y tuvo que ceder a las peticiones de Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’.
Otras muertes que sacudieron al Chapo fue el de su hermano Arturo Guzmán Loera, quien fue asesinado en el Penal de Almoloya, quien era considerado como uno de los principales operadores del cártel de Sinaloa. También Juan Guzmán Rocha (primo de Joaquín) fue asesinado a finales del 2011, junto con su escolta José Miguel Bastidas Manjarrez, más conocido como “El Güero Bastidas”.