Antes de ser juzgado y sentenciado en los Estados Unidos, los rumores de problemas de salud de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera eran constantes, incluso a finales del 2013 se filtró información que sufrió un paro cardiaco parcial a mediados de noviembre, por lo cual, se internó, con una identidad falsa, en un hospital privado de Jalisco.
Nunca se confirmó el reporte y el jefe del Cártel de Sinaloa siguió libre hasta que fue capturado un par de ocasiones y extraditado al país vecino, donde en la actualidad cumple su condena por cadena perpetua.
Con el aislamiento severo para evitar su fuga, la defensa alegó que el Chapo está sufriendo diversas afectaciones a su salud.
Según su abogado, Guzmán Loera padece una depresión profunda y daños psicológicos.
Además, escucha ruidos inexistentes y sufre problemas de memoria.
Y es que el ‘Chapo’ Guzmán vive en una celda de 3.5 metros de largo por dos metros de ancho. Tienen camas, escritorio, taburete y estante, pero todo esto está hecho de concreto, para evitar que puedan moverlo.
En este sitio pasa 23 horas del día, sus celadores no le dirigen la palabra ni tampoco tiene permitido hablar con otros prisioneros.
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