En los años setenta y ochenta fue cuando los narcotraficantes y sus grupos criminales en México sentaron las bases para operar como empresas, su sociedad con organizaciones delictivas en Colombia y la introducción de las drogas a los Estados Unidos detonó el crecimiento de los cárteles.
Sin embargo, desde la década de los treinta había un matrimonio que comenzó a traficar drogas, su base era en Ciudad Juárez y de ahí mandaban estupefacientes al Paso, Texas.
El nombre de los protagonistas era Pablo González, apodado “El rey de la morfina” y su esposa Ignacia Jasso “La Nacha”. Se dice que “El rey de la morfina” además de ser uno de los precursores del que ahora es un gigante negocio, fue el primer narcotraficante al que se le hizo una canción, hoy conocido como “narcocorridos”.
Antes de convertirse en los principales traficantes, fueron detenidos por la Policía Fronteriza, pasaron un par de años en la cárcel y a su regreso debieron quitarse del camino a competidores como al narco chino Sam Ching.
La pareja en ese tiempo logró el control de los estados de Chihuahua, Sonora y Sinaloa, el gobierno les declaró la guerra y puso al frente de la operación al mayor Ignacio Dosamantes.
Dosamantes sería acusado junto con sus subalternos de asesinar a las afuera de Juárez a gente de Fernández, tal como lo entona el narcocorrido, también lo detallan otros dos corridos, “La Piedrera” y “El corrido del hampa”.
El mayor fue asesinado en El Paso en noviembre de 1928 presuntamente por Fernández a lo que él como “El Pablote” fueron encarcelados en Chihuahua, sin embargo, salieron en libertad bajo fianza y según esta investigación en El Paso Evening Post salió que Pablote declaró que iba a reformarse y “alejarse del mal camino”.
González fue asesinado por grupos rivales, pero ‘La Nacha’ siguió con las operaciones de tráfico, hasta que falleció a mediados de los cincuenta cuando ésta lo heredó a sus hijos.
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