A causa de su origen humilde, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera prefirió gastar su primera ganancia ilícita en obsequiarle un lujoso regalo a su madre, Consuelo Loera.
El regalo fue el construirle una residencia tipo hacienda tiene acabados rústicos y numerosas plantas que adornan la fachada principal, está rodeada de grandes hectáreas de árboles y colinas, en el poblado de ‘La Tuna’, en Badiraguato.
Aunque el inmueble está deshabitado desde el 2016 por la guerra entre grupos rivales y el Cártel de Sinaloa.
Aparentemente destaca por su color rosa y marrón, pero por dentro sus detalles son sencillos. En la terraza tiene sillas y mesas de plástico blanco, como se puede observar en entrevistas que Consuelo Loera ha dado a cadenas estadounidenses. También tiene bancas de madera y amplios patios.
Quizá la razón para no ser una casa ostentosa, se debe a la fe y apego a la religión que tiene doña Consuelo. Muestra de ello es la capilla de la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, que el narcotraficante fundador del cártel de Sinaloa mandó construir para su madre.
