No sólo el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) usa a empresas establecidas en el estado para lavar dinero, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos tiene identificados a más de 60 negocios vinculados al Cártel de Sinaloa, considerado en la década pasada como el grupo delictivo más fuerte del país.
En la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), hay empresas dedicadas al ramo inmobiliario, de la construcción, turístico, restaurantero, clínicas de salud, de ventas de productos para el campo, casas de empeño y una diversidad de giros sin identificar.
Los propietarios de los negocios fichados por el gobierno americano son activos ligados a las estructuras encabezadas por Rafael Caro Quintero, y personas afines al grupo de Joaquín ‘Chapo’ Guzmán Loera y sus hijos; así como de operadores de la facción del fallecido Juan José Esparragoza Moreno ‘El Azul y de Ismael ‘El Mayo’ Zambada.
Con el crecimiento del CJNG, el de Sinaloa tuvo que buscar otras ciudades para extender su red financiera ilegal, pero por muchos años la entidad fue su favorita para realiza operaciones comerciales.
Tras ser ligadas al blanqueo de dinero, cerca de una décena de giros cerró sus puertas, otras tantas fueron vendidas y la mayoría se mantiene vigente sin que las autoridades mexicanas las investiguen.
Sin embargo, no significa que ya no mantienen negocios en Jalisco, de las últimas 43 fichadas por la dependencia estadounidense, los familiares del fundador del Cártel de Guadalajara aparecen con nexos al grupo de ‘Los Flores’, cuyo jefe Raúl Flores Hernández es señalado como operador del CJNG y el de Sinaloa.
Aunque en años reciente el Departamento del Tesoro incorporó a la lista a más de 30 empresas que están vinculadas a “narcotraficantes especialmente designados” a Nemesio Oseguera Cervantes, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, y a Abigael González Valencia, jefe de Los Cuinis.
