En tiempos de la Colonia surgió la historia del pasaje del Rincón del Diablo, un lugar en el Centro de Guadalajara donde se realizaban ritos satánicos.
Este lugar cobró relevancia entre los tapatíos de la época, ya que se suscitaron dos eventos que le dieron su nombre a este sitio ubicado actualmente en Paseo de Los Jugueteros, entre Paseo Degollado y Paseo Hospicio, donde está la fuente de “Los Niños Miones”.
En esa época un hombre de apellido Lemus fue colgado, ya que se le comprobó el delito de adulterio. Desde entonces la gente temía pasar pro el lugar ante un hecho trágico.
En este sitio solitario colindaba uno de los muros del convento de monjas dominicas, frente al muro había una serie de fincas donde se realizaban ritos satánicos.
Estas ceremonias fueron descubiertos por una monja luego de que se construyó un departamento dentro del convento cuya ventana daba de frente a la casa donde se realizaban a adoración a satanás.
Una de las monjas descubrió a los adoradores del diablo, por lo que dio aviso a la Santa Inquisición que investigó el caso y arrestó a los satánicos.
De acuerdo con el sitio Guadalajara.net la gente al escuchar el nombre de “El Rincón del Diablo” se persignaban y lanzaban una plegaria: “Bendito y alabado el Santísimo Sacramento del Altar”.
Ahora este punto es uno de los infaltables a visitar dentro del recorrido de catedral hacia el Hospicio Cabañas.