Victoriano Huerta es catalogado en las páginas de los libros de Historia de nuestra nación como un villano de la Revolución Mexicana.
Es quizá uno de los ex presidentes del país más impopulares y más criticados, pero su carrera militar y política la hizo bajo el cobijo de Porfirio Díaz y fue parte de la comisión que acompañó al destierro al dictador.
Huerta tuvo el mismo destino que los otros personajes tachados como antagónicos, al morir exiliado en los Estados Unidos.
Victoriano Huerta y su origen jalisciense
Es uno de los mandatarios de México de origen jalisciense. Huerta nació en 1854 en Ocotlán.
A pesar de su ascendencia indígena, fue admitido en el Colegio Militar de Chapultepec, pero sus raíces no evitaron comandar las represiones de las rebeliones de los indios mayas, y posteriormente, durante varios años, en el sometimiento de los indios yaquis de Sonora.
Fue uno de los generales de confianza de Díaz y en los últimos diez años de la dictadura ocupó el mando del Estado Mayor.
La historia lo tacha como un hombre autoritario y mezquino, características que lo hicieron llevar el rol de usurpador de la presidencia de México.
Victoriano Huerta ha pasado a la historia como el artífice de la gran traición que acabó con la vida de Francisco I. Madero y con las esperanzas que había suscitado su programa modernizador.
Su actuación en la Decena Trágica
Se ganó la confianza de Madero, quien lo nombró como Comandante Militar de Ciudad de México, en sustitución del general Lauro Villar, muerto en los combates.
Desde ese puesto orquestó una de las más grandes traiciones en la historia, el jalisciense se reunió en secreto con los conspiradores y luego con el embajador de Estados Unidos Henry Lane Wilson.
Antes de asesinar al legítimo presidente, diseñó un plan para impedir que llegaran los refuerzos de Felipe Ángeles a la capital y dio un golpe de Estado.
Aprovechó que el 9 de febrero inició con la sublevación contrarrevolucionaria, dirigida por los generales Reyes y Mondragón, varios violentos sucesos acaecidos durante la llamada Decena Trágica.
Huerta retuvo en la capital de México a Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez, quienes nunca esperaron ser traicionados por alguien de su confianza.
Los convenció para que renunciaran a sus cargos a cambio de garantizarles la salida indemnes de la capital.
Sus dimisiones fueron conocidas por los componentes del Congreso, los integrantes nombraron presidente interino a Pedro Lascuráin, cuyo mandato duró escasamente cuarenta y cinco minutos, los necesarios para renunciar a fin de que el general Victoriano Huerta asumiera la presidencia “constitucional”.
Entonces entregó el 22 de febrero en manos de sus sicarios de Huerta a Madero y Pino Suárez .
Los militares a traición asesinaron a sangre fría a ambos políticos.
La versión del gobierno es que se les aplicó la ley de fugas, asegurando que ambos políticos habían muerto a consecuencia de los disparos cruzados entre las fuerzas que los custodiaban y unos desconocidos que intentaban liberarles.
Victoriano Huerta y su mandato
La administración de Victoriano Huerta duró hasta 1913.
Bajo su mandato siguió la lucha contra los líderes agraristas: Pascual Orozco y Emiliano Zapata.
Fue el responsable de instaurar en la República un régimen militarista sangriento que, si bien contó en sus inicios presidenciales con el apoyo de gran parte de las clases medias, se encontró cada vez más aislado a medida que el constitucionalismo, encabezado por Venustiano Carranza, se afianzó.
El militar tenía como ambición perpetuarse en el poder a cualquier precio, esto lo llevó a cometer errores que le costó a la larga perder aliados y renunciar al gobierno.
Sin embargo, su mayo equivocación fue atacar los intereses norteamericanos al decidirse por las ofertas de los británicos en cuestiones relacionadas con las concesiones petroleras.
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Woodrow Wilson, optó entonces por retirar el apoyo a Huerta y decantarse abiertamente por los revolucionarios constitucionalistas.
Su suerte estaba echada, con la entrada de marinos estadounidenses en Veracruz y la derrota de su Ejército en Zacatecas a manos de Pancho Villa, el presidente Huerta entregó la renuncia a su cargo en la persona del licenciado Francisco S. Carvajal e inició su exilio.
Victoriano Huerta fue buscado durante la Primera Guerra Mundial por los alemanes para que le declarara la guerra a los Estados Unidos y a cambio regresarlo al poder.
Entonces se embarcó en Cádiz rumbo a Nueva York, siendo detenido, junto a Pascual Orozco, en la estación ferroviaria de Newman, en Nuevo México, acusado de conspirar en favor de Alemania violando la neutralidad.
Al estar delicado de salud, se le dejó libre en una finca que poseía en El Paso (Texas),.
Tras la fuga de Orozco, Huerta fue internado en la cárcel militar de Fort Bliss, donde falleció víctima de una cirrosis hepática el 13 de enero de 1916.
Con información de Biografía y Vidas