Rafael Caro Quintero se mantuvo nueve años prófugo de la justicia; pero su vida clandestina en la sierra sinaloense concluyó al ser recapturado por efectivos de la Marina.
En el Registro Nacional de Detenciones se informa que fue detenido a las 12:50 pm; actualmente está a disposición de la FGR . La detención se realizó en las inmediaciones de la comunidad de San Simón, municipio de Choix, Sinaloa.
La Secretaría de Marina (SEMAR) informó que el supuesto jefe del Cártel de Caborca fue localizado entre matorrales por un elemento canino de esta Institución, de nombre “Max”.
Durante el operativo de búsqueda un helicóptero Black Hawk sufrió un accidente, desconociendo al momento las causas del mismo.
En la aeronave se transportaban 15 marinos, de los cuales, lamentablemente 14 perdieron la vida y uno se encuentra recibiendo atención médica.
A continuación presentamos la transcripción de una nota sobre las narcofiestas que organizó ‘El Narco de narcos’ y Ernesto Fonseca, ‘Don Neto’, cuando ambos estuvieron presos en el Reclusorio Norte.
La información original fue publicada el 14 de agosto de 2013 en Unión Jalisco.
Con banda, alcohol y mujeres; así fueron las narcofiestas de Rafael Caro Quintero
La noticia sorprendió desde las primeras horas del 9 de agosto de 2013: el narcotraficante Rafael Caro Quintero obtuvo un amparo definitivo de un tribuna federal y fue liberado, luego de 28 años de estar en la cárcel.
Caro Quintero se encontraba preso por el asesinato del agente de la DEA, Enrique ‘Kiki’ Camarena Salazar; crimen que fue cometido en febrero de 1985, en Guadalajara, Jalisco.
Fue entonces liberado porque el juez debió ser juzgado por un tribunal del fuero común y no del fuero federal.
El líder del extinto Cártel de Guadalajara abandonó el penal de alta seguridad de Puente Grande la madrugada del viernes 9 de agosto. Desde entonces, las autoridades desconocen detalles del paradero de quien fue considerado el “narco de narcos”.
Excesos y fiestas en prisión
Durante el tiempo que estuvo encarcelado Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo alias “Don Neto” en el Reclusorio Norte, gozaron de privilegios tras pagar fuertes sumas de dinero.
Fueron el escándalo en los años 80’s al ser los padres del narcotráfico en México y dirigir al Cártel de Guadalajara, pero su historia de corromper a las autoridades siguió tras la rejas.
Según los documentos desclasificados que tiene el Archivo General de la Nación, los narcotraficantes metían a bandas de música sinaloense el día de sus cumpleaños para amenizar el ambiente de sus celdas acondicionadas.
De acuerdo con dos tarjetas de la extinta Dirección General de Investigación y Seguridad Nacional, fechadas el 13 y 15 de noviembre de 1985, los criminales pagaron músicos les cantaran de las 7:00 a las 19:00 horas.
“Se tuvo conocimiento que en el reclusorio norte el 19 de octubre de 1985, entraron al reclusorio mencionado dos bandas de música sinaloenses de 12 músicos cada una, estuvieron tocando desde las 7:00 a las 19:00, en el dormitorio 10, donde se encuentran los internos RAFAEL CARO QUINTERO y ERNESTO FONSECA CARRILLO (a) Don Neto, ya que el mencionado interno festejaba su onomástico, así como 9 cajas de vino para dicha fiesta”, se puede leer en los documentos.
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De acuerdo a dichas tarjetas, los líderes del Cártel de Guadalajara compartían el dormitorio número 10 en la prisión, aislados de los demás reclusos ya que “eran de alta peligrosidad”, pero en realidad recibían privilegios para vivir en condiciones distintas a los demás internos.
El documento indica que Rafael Caro Quintero gozaba de privilegios en el Reclusorio Norte tras pagar fuertes sumas de dinero a sólo 6 meses de haber sido detenido en Costa Rica (4 de abril de 1985).
Pero no todo eran fiestas y botellas de vino. En la celebración del 20 de noviembre de 1985 el personal del reclusorio Norte detuvo a 3 personas que intentaron introducir 18 gramos de mariguana en unas naranjas huecas. Fueron detenidas y presentadas ante el Ministerio Público.
El director del reclusorio en 1985, Javier Villasagua Álvarez negó los hechos y dijo que los dos reclusos estaban aislados del resto de la población por lo que calificó los comentarios como “rumores de gente que no está conforme”.
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