El Sector Reforma volvió a reconstruirse tras las explosiones del 22 de abril de Guadalajara; aunque pasaron 30 años de la tragedia el recuerdo aún está fresco entre los sobrevivientes.
En los más de ocho kilómetros de calles destruidas, la dinámica jamás volvió a ser igual; sin duda hay un antes y un después de aquella mañana de semana de Pascua de 1992.
Y ante la tragedia se esperaba una mejora para el Oriente de Guadalajara, esa zona donde nace una frontera invisible que divide a la sociedad tapatía de manera incompresible.
Tras enterrar y llorar a sus muertos, familias afectadas por las explosiones del 22 de abril en Guadalajara decidieron unir fuerzas para formar asociaciones y exigir a sus gobiernos la reparación del daño y un mejor futuro para sus herederos.
En una entrevista otorgada en 2017 para El Universal, el arquitecto perito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Cuauhtémoc de Regil, recuerda a representantes de colectivos buscar soluciones, demandar necesidades muy básicas y sólo una petición muy clara de no ser olvidados otra vez.
Sin embargo, a tres décadas de ese horrible estruendo, las autoridades volvieron a sepultar su vida, muchos compromisos no fueron resueltos y una vez más se les dio la espalda.
“En el caso de Analco se desarticuló la organización por todo lo que ya sabemos que ha pasado, la negligencia de las autoridades, la manipulación, el cansancio… todavía hoy en día hay peticiones que no se cumplen”.
De Regil considera que la oportunidad de renacer ese Oriente fue desaprovechada y un ejemplo son las calles Noviembre y Gante, hoy son un desastre urbano, con casas poco habitadas, prácticamente olvidadas y desintegradas del barrio.
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Lo más trágico o más grave es el desinterés por iniciar la recomposición del tejido urbano y social.
Considera esto como un impacto nocivo que hace que esa cicatriz siga presente después de las explosiones.
El experto afirmó que no puede entender aún que no haya un informe sobre lo qué causó las explosiones y menos una transparencia en el manejo del fideicomiso de las víctimas, lo que provoca una deuda sin saldar.
FOTOS I Antes y después de las explosiones del 22 de abril en Guadalajara
A inicio de 1990 el Oriente de Guadalajara latía por las familias que durante varias generaciones eligieron este barrio como su casa.
Por años veían mejoras en otros puntos que estaban más allá de la Calzada de Independencia; pero se sentían orgullosos por sus tradiciones y por el esfuerzo para mantener vivas tradiciones de la ciudad.
Ahora al caminar por sus calles se ven terrenos baldíos, otros predios fueron habilitados como bodegas.
Los más osados se mantuvieron habitando o para crear fuentes de empleo para sus vecinos.
Pero con la inesperada partida de muchos, llegaron otros extraños que aprovecharon la necesidad y despojaron a las víctimas.
La fuerza de las familias hizo que se construyera una capilla donde se realizan algunas celebraciones religiosas y la misa anual que conmemora a las víctimas de esta tragedia.
En algunas bardas de fincas y escuelas se han pintado murales sobre este trágico evento, en una zona que no fue del todo restaurada como habían prometido las autoridades.
¿Qué pasó el 22 de abril de 1992 en Guadalajara?
A las 10:05 de la mañana del 22 de abril de 1992 se suscitaron una serie de explosiones en el Colector Intermedio de Oriente en Guadalajara.
La primera ocurrió en el cruce de la Calzada Independencia y Aldama; ésta causó un hoyo de una profundidad de diez metros que se fue abriendo paso a lo largo de distintas calles.
El desastre corrió en ocho kilómetros afectando mil 142 viviendas, 450 comercios, 100 centros escolares y 600 vehículos.
Fue más su dolor al saber que esta tragedia pudo evitarse.
Dos días antes vecinos de la calle Gante habían reportado que de las alcantarillas y los caños de sus casas salía un fuerte olor a gasolina.
Los elementos de Protección Civil y Bomberos del municipio acudieron y descartaron riesgos.
Unas horas antes de las explosiones, el entonces titular de la dependencia Trinidad López Rivas, insistió en no existir peligro.
La negligencia causó la muerte de por lo menos 250 personas, la desaparición de más de 65 y dejó heridos a mil 470.
¿Dónde ocurrió?
Fue en el sector Reforma de Guadalajara donde se registraron, los más afectados fueron en el barrio céntrico de Analco, pero también dañó a las colonias Atlas, San Carlos y Las Conchas.
¿Qué causó las explosiones del 22 de abril en Guadalajara?
Sin dar una causa en específico del origen de la tragedia, las explosiones presuntamente se originaron por gasolina, chispas y el calor que había ese día.
La comisión que investigó determinó una serie de causas como un drenaje nuevo de zinc y otros materiales.
Los metales tuvieron una reacción electrolítica, que ocasionó la corrosión dela tubería.
Creó un agujero que provocó que la gasolina se fugara al subsuelo y en la tubería principal municipal.
Actualmente tanto autoridades municipales como Pemex siguen sin reconocer responsabilidad en las explosiones.
¿Quién fue responsable y su castigo?
Se determinó que algunos funcionarios fueron negligentes y originó que Enrique Dau, entonces presidente municipal de Guadalajara, y Aristeo Mejía, funcionario del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado pasarán algunos meses en prisión.
Sin embargo, para las víctimas no se hizo justicia y consideran que el o los responsables nunca pagaron por la peor tragedia de la Guadalajara moderna.
El colmo llegó cuando sin acabar las labores de rescate, se ordenó el ingresó de maquinaria pesada.
Por este hecho, Guillermo Cosío Vidaurri fue depuesto y reemplazado por Carlos Rivera Aceves.
