La estela cruel del crimen organizado no excluye a sectores de la sociedad, entre las víctimas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se hayan por igual políticos, amas de casa y universitarios.
Pero en el caso de los ejecutados contra estudiantes sobresalen los multihomicidios; situación que pone en alerta a los jóvenes jaliscienses.
El más reciente es el de los hermanos González Valencia, quienes presuntamente fueron sustraídos de su domicilio en la colonia San Andrés, el viernes 7 de mayo, por un comando del CJNG.
Sus familiares denunciaron el acontecimiento el domingo 9 de mayo y exigieron su pronta aparición con vida.
Sin embargo, el 10 de mayo la FEU confirmó que los hermanos Ana Karen, Luis Ángel y José Alberto, fueron encontrados sin vida en las inmediaciones de la comunidad “El Pueblito”, entre Zapopan y San Cristóbal de la Barranca, en un tramo carretero cercano a la la Carretera Federal 23.
La Fiscalía General del Estado de Jalisco (FGE) mencionó que el móvil de este crimen cometido contra un estudiante de Geografía de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y sus dos hermanos podría tener relación con la agresión contra elementos de la Fiscalía General de la República (FGR); suscitada el mismo viernes 7 de mayo en Tlaquepaque. Al parecer una persona que era escoltada por los funcionarios tiene su domicilio registrado muy cerca de la casa de los jóvenes.
En el 2018 la desaparición y presunto homicidio contra los tres estudiantes de cine, Javier Salomón, Daniel y Marco Antonio, cimbró a la sociedad en Jalisco.
Al indagar el suceso, la FGE detalló que en el secuestro de los jóvenes cineastas participaron por lo menos ochos sujetos; dos de ellos fueron detenidos y vinculados a proceso.
Indicó que de acuerdo a sus investigaciones, la casa donde los estudiantes grabaron su tarea estudiantil era utilizada como casa de seguridad de Diego Gabriel Mejía, integrante de un grupo criminal rival a la célula que realizó la privación.
Tras ser levantados por los delincuentes, los jóvenes fueron trasladados a una casa donde fueron interrogados y torturados, aparentemente uno de las víctimas falleció por los golpes y tuvieron que ejecutar a los otros dos.
Los cuerpos de los estudiantes fueron llevados a otra finca para disolverlos en ácido.
La FGE sostiene que tienen inidicios de los sucesos, pero el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) sigue haciendo análisis para obtener el perfil genético de Javier Salomón, Daniel y Marco Antonio.