En Historia de tercero de secundaria, se tratará el tema: “La paz porfiriana y la centralización del poder”, con el que se analiza la multicausalidad del desarrollo económico de México y las consecuencias sociales de finales del siglo XIX y principios del XX.
Conocerás un periodo de la historia del país que ha generado controversia y sigue siendo motivo de debate. Es referente al Porfiriato.
¿Por qué se conoce al régimen de Porfirio Díaz como una dictadura?
¿Qué estrategias llevó a cabo Díaz para mantenerse en el poder por tres décadas?
Para realizar anotaciones ten a la mano cuaderno y lápiz o bolígrafo. Si deseas profundizar y ampliar tus conocimientos acerca del tema, consulta tu libro de texto.
¿Qué hacemos?
Lee la siguiente lectura de un fragmento extraído del libro Un gascón en México escrito en 1890 por Ludovic Chambon, un joven francés que visitó el país y decidió registrar sus impresiones.
[…] México, por sus calles, paseos, monumentos, es una ciudad muy bella donde el europeo no se siente desterrado. Vayamos a la calle. […] Resulta bastante difícil encontrar indios en verdad puros en el interior de las tierras y con mayor razón en las ciudades, donde la raza indígena tiende a mestizarse más. En fin, aquí llaman indios a todos los pobres diablos de piel morena que se ocupan de oficios inferiores, cargadores, aguadores.
Aquellas mujeres que llevan a sus hijos enrollados en un rebozo sobre la espalda y cuyo traje es parecido al de las indias de Tehuantepec […], son otomíes, raza totalmente diferente a la de los aztecas.
Estos últimos son más altos y más hermosos. […] Aunque vestidos de simple algodón blanco, llevan su orgullo y coquetería hasta el uso de lujosos sombreros bordados de plata y oro. Para pagarse este capricho, vacían su bolsa y la de sus amigos sin pensar que en unos cuantos días se verán obligados a empeñar sus bellos tocados en el Monte de Piedad.
Miren pasar a la mexicana, negligente y graciosa. Las malas lenguas dicen que es perezosa y poco coqueta en su interior […].
Pero al ver su estilo de caminar ondulante, su mirada enérgica y lánguida, y su tinte moreno que traiciona un origen indio, se le proclama reina de los trópicos. Es levantando el brazo y agitando los dedos de su manita enguantada como saludan a sus antiguos conocidos.
Cuando se encuentran con una amiga, gentilmente hacen un intercambio de besos sobre los labios (en Francia, besos de enamorados solamente). En fin, las jóvenes son tan bellas y seductoras, que los hombres las desposan sin dote […] en lugar de aportarle dinero al marido, se contenta con darle su frescura y sus hermosos ojos negros.
He aquí al mexicano, cuyo rostro franco y abierto atrae las simpatías. ¡Vamos a estrecharle la mano! ¡Perdón! Su corazón cálido y generoso necesita más que el shake of the hands de los ingleses; él acostumbra tomarlo a uno entre sus brazos y, durante un buen rato, propinarle golpecitos en la espalda con la palma de la mano, como para acercarse más, si fuera posible. […]
Nada es tan importante como un mexicano vestido con el traje nacional, sobre todo cuando monta un brioso caballo. Por desgracia, el sombrero de copa alta y nuestros trajes parisienses tienden a reemplazar la vestimenta del charro. Hay que decir que tiene la desventaja de ser demasiado costoso. […] llevan un traje de 2 mil o 3 mil francos. Desde la Intervención, la moda ha cambiado […]
[…] La Plaza de Armas es muy hermosa, con el Palacio de Gobierno y los portales donde se encuentran nuestros compatriotas, los barcelonettes […]
Hoy es domingo. Aquí y allá, como colegiales de paseo, como prisioneros, grupos de soldados circulan con sus mujeres bajo la vigilancia de sus superiores. Nunca los dejan salir solos.
Éste debió abandonar su ropa de percal y vestir el traje militar por haber repartido algunas cuchilladas; aquél por haberse robado un huevo; los demás por no haber hecho nada más que encontrarse en la calle de las pulquerías en el momento en que la cerraban dos patrullas encargadas de recoger voluntarios. He aquí, en toda su simplicidad, el sistema de reclutamiento en México.
Dirijámonos hacia la Alameda, linda plaza embellecida por grandes árboles y los ojos de las mexicanas […]
Este gran hombre, al que conocemos bajo un rostro tan dulce, amaestraba perros para combatir a los indígenas de Santo Domingo y vendía a sus prisioneros como esclavos […].
Vayamos a visitar los alrededores, empezando por la fiesta de las flores en Santa Anita.
El texto es útil para que comprendas una faceta de la compleja configuración social que imperaba durante el Porfiriato.
¿Qué opinión merece el reclutamiento forzoso para formar parte del ejército mexicano?
¿Qué problemas crees que propiciaba esta estrategia?
Recordarás que durante la sesión pasada se habló de la Restauración de la República, con el triunfo liberal encabezado por el presidente Benito Juárez, tras la caída del Segundo Imperio Mexicano. En ese periodo el gobierno liberal finalmente logró aplicar las Leyes de Reforma, como la separación de la Iglesia y el Estado, la ley de nacionalización de bienes eclesiásticos y la secularización de la vida cotidiana, es decir, el abandono paulatino de los valores religiosos y el poder de la Iglesia.
Porfirio Díaz no fue ajeno a este proceso. Cuando piensas en el general oaxaqueño, lo sueles imaginar como el presidente que gobernó por más de tres décadas, pero antes de llegar a la presidencia, destacó por su carrera militar en el bando liberal.
Siendo general de división, comandó al ejército mexicano que derrotó en Puebla a las fuerzas extranjeras intervencionistas en 1867. Esto le valió ser conocido como el “Héroe del 2 de abril”, recordando así la fecha de su victoria.
Después del triunfo de la República, Díaz intentó llegar a la presidencia, por lo que contendió en las elecciones contra Benito Juárez, quien resultó vencedor por un amplio margen de votos.
En 1871, se postularon de nueva cuenta Porfirio Díaz y Benito Juárez, aunque en esa ocasión Sebastián Lerdo de Tejada se sumó a la contienda.
Ante el nuevo triunfo de Juárez, Díaz se levantó en armas y se opuso a la reelección a través del Plan de la Noria donde proclamaba que: “(…) ningún ciudadano se imponga y perpetúe en el ejercicio del poder”. Sin embargo, el levantamiento fue sofocado por las fuerzas del gobierno.
En 1872 el presidente Benito Juárez murió y Sebastián Lerdo de Tejada, quien presidía la Suprema Corte de Justicia, quedó al frente del gobierno como presidente interino. Al llegar 1876, año en el que concluiría su administración, Lerdo intentó reelegirse. Ante esto, Porfirio Díaz hizo un nuevo llamado a tomar las armas, en esta ocasión encabezando la Rebelión de Tuxtepec.
Varios liberales destacados como Vicente Riva Palacio e Ignacio Ramírez “el Nigromante” apoyaron a Díaz en la rebelión que lo llevó a la presidencia.
Al igual que en el Plan de la Noria, en el Plan de Tuxtepec Díaz prometió respetar la Constitución de 1857, retomó el principio de: «Que ningún mexicano se perpetúe en el poder y esta será la última revolución», y enarboló el lema de «Sufragio efectivo. No reelección».
El 28 de noviembre de 1876, Porfirio Díaz asumió la presidencia de la República de forma interina y, tras unas elecciones extraordinarias, la ganó de forma constitucional a principios de 1877. Con excepción de un periodo de cuatro años, ejerció el cargo hasta 1911 cuando fue derrocado, irónicamente por un movimiento antirreeleccionista.
¿Cómo fue el gobierno de Porfirio Díaz? Observa y escucha el video que te permitirá tener un panorama general del Porfiriato. En esta ocasión analizaras el aspecto político y en sesiones subsecuentes abordarás otros ámbitos.
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El Porfiriato
Una dictadura es una forma de gobierno en la que una sola persona o grupo político concentra todo el poder, sin límites ni divisiones y para conservarlo suele violar las leyes o modificarlas para justificar su permanencia en el gobierno.
El régimen de Porfirio Díaz se considera una dictadura porque las instituciones de justicia y el Poder Legislativo estaban a sus órdenes. Además, impidió que se llevaran a cabo elecciones libres e impuso a los gobernadores de los estados y otras autoridades; eliminó las libertades políticas, censuró a la prensa y reprimió las protestas sociales.
Sin embargo, el gobierno de Porfirio Díaz no fue una dictadura desde el inicio, sino que fue adaptando paulatinamente las condiciones para ello. Modificó la Constitución, ganó la lealtad de los principales líderes y logró diluir los conflictos que existían entre ellos a través de arreglos y negociaciones con los diferentes grupos políticos.
En esta cronología se muestran los periodos de gobierno de Porfirio Díaz. El primer periodo inicia en 1877 y concluye en 1880. Después, Manuel González ocupa la presidencia de 1881 a 1884. Posteriormente, Porfirio Díaz regresa al poder en 1885 y se perpetua en él hasta 1911.
Cabe mencionar que la Constitución de 1857 permitía la reelección tras un periodo de alternancia. Pero el Congreso modificó la Constitución en 1887 para que Díaz fuera reelecto por un periodo más, y luego en 1890 se volvió a modificar para que pudiera reelegirse de manera permanente.
Notarás que todos los periodos fueron de cuatro años, menos los últimos dos, que fueron de seis.
A finales de 1903 el Círculo Nacional Porfirista envió al Congreso la propuesta para reformar una vez más la Constitución y ampliar el periodo presidencial por seis años, además de crear la figura de la vicepresidencia. Díaz siempre buscaba la manera de darle un aspecto legal y constitucional a todas las modificaciones que le permitían seguir gobernando.
Cuando analizas el Porfiriato, puedes identificar tres grandes etapas.
En la primera, Díaz se enfrentó al reto de consolidar su poder y evitar algún levantamiento armado de antiguos aliados u opositores. Para dicho propósito, el presidente tejió un complejo equilibrio de fuerzas entre los distintos poderes y esto contribuyó a conservar la paz y a estabilizar el país. Brindó cargos públicos y nombró jefes políticos a diversos caudillos locales que habían destacado en las guerras de reforma e intervención.
Asimismo, concilió con instituciones conservadoras, como la iglesia católica, al flexibilizar la implementación de las políticas liberales derivadas de las Leyes de Reforma y también ofreció garantías e incentivos para los empresarios e inversionistas extranjeros y nacionales. Así, tras décadas de guerras e intervenciones, se había establecido la paz nacional.
La segunda etapa se da a partir del regreso de Díaz al poder en 1884, después de la presidencia de su compadre, Manuel González. En esta etapa, la política de Díaz se transformó, fue de una estrategia conciliadora a un poder impositivo y extremadamente concentrado en la figura del dictador. El resto de funcionarios, jueces, senadores o gobernadores estaban subordinados a la voluntad del presidente.
En esta segunda etapa, las figuras que rodeaban a Díaz gradualmente se fueron sustituyendo. Los militares que lo acompañaron en la primera etapa de su gobierno fueron dejando su lugar a una generación de intelectuales, asesores y administradores, conocida como “Los Científicos”.
“Los Científicos” comulgaban con la doctrina del positivismo, corriente de pensamiento que afirmaba que todo conocimiento deriva de la experiencia y se puede respaldar por medio del método científico.
Este grupo marcó las nuevas directrices de la administración y estableció la consigna de “Orden y progreso”, como máxima de gobierno. Entre los miembros más representativos de la generación, se encuentran José Yves Limantour y Justo Sierra, quienes se concentraron en la aplicación de políticas públicas modernizadoras y desarrollistas.
Conforme Porfirio Díaz iba concentrando el poder político, reprimiendo a sus opositores y tomando el control de las instituciones, su gobierno se justificaba con la promesa de que la libertad sería una consecuencia del progreso material y la modernización, pero que primero era necesario imponer la paz.
Uno de los conflictos más significativos de esta etapa fue “la guerra del Yaqui”, un enfrentamiento armado entre el gobierno y el pueblo Yaqui de Sonora entre las décadas de 1870 y 1880, que estudiarán con más detalle en una de las próximas sesiones.
Una de las estrategias utilizadas por el régimen de Díaz para dominar a la opinión pública fue fomentar el culto a la personalidad del dictador, valiéndose del apoyo de los periódicos financiados por el gobierno y que superaban ampliamente el tiraje de los diarios de oposición.
El control y la censura de la prensa formaron una parte importante de la estrategia de consolidación del poder de Díaz. Sin embargo, la manera como el gobernante se relacionó con la prensa fue una combinación de autoritarismo, conciliación, manipulación y concesiones.
A pesar de la censura, las voces críticas de editores y periodistas se expresaban en los periódicos de oposición, corriendo el riesgo de ser perseguidos, encarcelados, desterrados e incluso asesinados.
Analiza un ejemplo de la sátira que se hacía en aquella época para criticar al presidente. Es una caricatura publicada en el periódico “La Mosca”, el 5 de abril de 1877, se titula “El Pavo”.
En ella se representa a Díaz vestido como militar, empuñando una espada con la palabra “Dictadura”, mientras despliega la ostentosa cola y las patas del pavo real, un animal asociado con la vanidad. Por tanto, el presidente es mostrado, y ridiculizado, como un dictador egocéntrico.
La llegada del siglo XX marcó la tercera y última etapa del Porfiriato. En ella se agudizaron las contradicciones generadas a lo largo de dos décadas. La represión gubernamental era una constante y se sometieron los levantamientos indígenas, campesinos y obreros.
En esta etapa una de las principales publicaciones antiporfiristas fue El Hijo del Ahuizote, revista satírica fundada en 1885 que utilizó el sentido del humor para ridiculizar a Porfirio Díaz.
En 1902 los hermanos Flores Magón se encargaron de la publicación.
Cuando el diario se popularizó fue víctima de la censura del gobierno. Sin embargo, los editores continuaron publicándolo de manera clandestina. Como respuesta, Díaz decretó que ningún medio o periódico en el que participaran los hermanos Flores Magón podía circular, de lo contrario serían encarcelados.
Como has visto hasta ahora, una de las principales características del Porfiriato fue la falta de libertades y de democracia.
En las siguientes sesiones, conocerás que estas carencias fueron un antecedente de la Revolución Mexicana que daría fin a la dictadura de Porfirio Díaz.
Recuerda que, si el régimen porfirista logró consolidarse fue por las alianzas, pactos y relaciones de dependencia entre Porfirio Díaz y los distintos actores políticos, como la Iglesia, el ejército y los inversionistas nacionales y extranjeros.
Entre los cimientos de la dictadura destacaron los mecanismos de control que iban de la conciliación a la represión.
A esto se sumaban la censura y la falta de libertades y de democracia. Lo que generó un hartazgo generalizado en la mayoría de la sociedad.
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