Su carrera criminal no la dejaría tan fácil Melissa Margarita Calderón Ojeda, alias ‘La China’ se molestó con la célula de ‘Los Dámaso’, a cargo de Dámaso López Núñez ‘El Lic’ y Dámaso López Serrano, ‘El Mini Lic’, cuando le pidieron dejar la jefatura del cártel en la plaza de La Paz para poner en su lugar a Abel Quintero, un asesino de su confianza que recién había salido de prisión.
No les importó que durante siete años su grupo mantuvo en raya a las células rivales del Cártel de Sinaloa, entre ellas las de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera y a toda su organización del Cártel de Sinaloa.
Se sabía que la mano de la China estaba detrás de un asesinato cuando los cuerpos estaban descuartizados y luego tiraba los pedazos afuera de las casas de su familias, como narró a la Policía Federal su novio, Pedro El Chino Gómez.
La pareja luego negoció reducir su condena a cambio de entregar a la sicaria que tenía a su cargo una célula criminal del cártel de ‘Los Dámasos’ en Baja California Sur.
Calderón Ojeda se puso en el blanco de las autoridades al crear su estructura criminal y se pusieron a competir provocando un incremento en los homicidios.
El organigrama de la célula de la China la integraron Sergio Beltrán, El Scar, como asesino en jefe; Rogelio Franco, El Tyson como responsable de logística; y Pedro Cisneros, El Peter, como encargado de ventas y de “desaparición” de cuerpos de los enemigos, y más de 300 narcomenudistas a su servicio, disputó a su antiguo cártel las ciudades de La Paz y Los Cabos.
En agosto de 2018, Calderón Ojeda ganó un amparo para ser trasladada de la cárcel femenil de máxima seguridad de Morelos al penal de La Paz.
La China operó su revancha y en ese oscuro liderazgo se le responsabilizó de al menos 170 homicidios y de generar una avalancha de violencia.
Las sicarias buchonas del narco