A contrario de la creencia popular, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera no era psicópata sólo tenía rasgos psicopáticos y rasgos narcisistas que se reflejan en una necesidad de admiración, de sentirse único y especial, confirmó Mónica Ramírez, especialista en perfiles criminales y terapeuta que durante seis meses tuvo pláticas continuas con el narcotraficante dentro de la prisión del Altiplano.
Sostuvo que por confidencialidad profesional no ventiló su expediente psicológico, cuando se le entrevistó acerca del capo mexicano sentenciado en los Estados Unidos a cadena perpetua sólo ventiló situaciones banales.
Algunos de estos rasgos psicológicos fue su adicción a las mujeres, el criminal le confió a la terapeuta tener 23 hijos reconocidos y su personalidad lo hace muy respetuoso del matriarcado, en el que su abuela y su madre, Consuelo Loera, tienen una influencia muy marcada.
Una experiencia que lo marcó fue cuando viajó a países del Oriente para cerrar negocios y se horrorizó al ver que se comían la carne de perros.
Añadió que siempre siente orgullo al contar que se levantaba a las 05:00 para ir a los plantíos y laboratorios a organizar a su gente y cómo terminaba su día hasta las 23:00 o 00:00 horas.
Varios de los secretos de Guzmán Loera quizá ni sus parejas sentimentales los conocieron y es mejor no revelarlos por seguridad de la especialista.