Rodeado por sus hijos, Alejandro Fernández pasó el confinamiento por la contingencia sanitaria en un refugio que mandó a construir para pasar el fin del mundo. La primer en confirmar el lujoso búnker fue Camila, pero no quiso revelar la ubicación exacta.
Conforme pasaron los meses, El Potrillo sólo mencionó que en esta crisis sanitaria por el coronavirus trató de estar a lado de sus seres queridos y aprovechó para irse a una mansión en Puerto Vallarta.
Por las fotos que se compartieron en las cuentas de los Fernández se observó que la mansión cuenta con todas las comodidades posibles y las vistas que se observan desde el refugio son espectaculares.
La mansión es de estilo minimalista, cuenta una alberca infinita, los lugares preferidos de la familia son una choza, camastros y una red sobre las rocas en una especie de acantilado, desde donde se puede apreciar la inmensidad del mar .
En las habitaciones hay camas de enorme tamaño, espejos, alfombras y muebles que reafirman el elegante pero discreto estilo.
Fernández vivió en un verdadero paraíso tomando el sol o entrenando en el gimnasio.
Los hijos que el cantante tuvo con América Fernández aceptaron que e lado bueno de la pandemia fue que les permitió acercarse a su papá y conocerlo de otra manera, ya que incluso nunca habían vivido en la misma casa.
En estos días de confinamiento realizaron actividades familiares como juegos de mesa, ejercicio, resolvieron malentendidos y el tiempo de calidad fue excelente.
