Sin estar esclarecidas del todo, los decesos de dos ex jefes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el penal de Puente Grande parecen ser ejemplos claros del autogobierno en la prisión y aunque en su certificado de defunción se determinó suicidio como causa de muerte, los familiares de los internos no quedaron contentos.
Heleno Madrigal Virrueta, alias “El 20”, identificado como el líder de la plaza del grupo criminal para la Costa Sur del estado, fue encontrado sin vida al interior de la celda que ocupaba en el Penal Metropolitano de Puente Grande el 20 de agosto del año pasado.
La Fiscalía General del Estado se lavó las manos y explicó que el deceso fue por suicidio, aunque la defensa del criminal y a su familia no le satisfizo el informe.
Se esperaba que su estancia en Puente Grande de estos narcos fuera larga, pero tan sólo fueron puestos en manos de las autoridades ni siquiera pudieron escuchar su condena y se encontraron sin vida en el interior de sus celdas.
Tanto Adrián Gómez Meza y Gerardo Mendoza Chávez, ambos perecidos en 2018, aún en el gobierno de Aristóteles Sandoval Díaz. El primero de ellos, Gómez Meza, a quien se le encontró sin vida el 10 de julio de 2018, había sido aprehendido por presuntamente fungir como uno de los encargados de la contabilidad del CJNG.
Mendoza Chávez, fallecido poco antes, el 13 de mayo, estaba identificado como fabricante de drogas y por ser el supuesto autor intelectual del asesinato del exgobernador de Colima, Silverio Cavazos Ceballos, en 2010.
Ambos fueron muy allegados a Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho.
Quizá traicionaron la confianza de sus jefes o grupos rivales del CJNG tuvieron que ver en sus decesos o simplemente las autoridades tienen razón y para evitar su condena optaron por terminar con su vida.
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