Tal parece que la obsesión de los Estados Unidos por llevar a prisión al narco mexicano Rafael Caro Quintero es tan grande que en sus reportes de inteligencia lo mantienen como uno de los grandes capos de las drogas a nivel internacional.
Al salir de la cárcel, el fundador del extinto Cártel de Guadalajara fue mencionado como cabeza del Cártel de Sinaloa en sustitución de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera, hace unos días se mencionó que fue socio comercial del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en una red internacional de narcotráfico
Como principal evidencia de la Agencia Antidrogas del país vecino (DEA) fue una grabación de una reunión entre agentes encubiertos y un miembro del equipo de Maduro, un alto comandante de las FARC de Colombia, Seuxis Paucis Hernández Solarte, alias “Jesús Santrich”, con motivo de compra de droga.
Ahí refieren que la tarea de transportar toneladas de cocaína estaría a cargo de Caro Quintero.
Otro supuesto acercamiento del ‘Narco de narcos’ con la política fue cuando se mencionó que su liberación la pactó el PRI y el entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Phil Jordan, ex director de Inteligencia de la agencia antidrogas del gobierno de los Estados Unidos (DEA), afirmó que el narco pagó millones para recuperar su libertad. La versión de inmediato fue desmentida por la Agencia de Gobierno y la propia administración de Peña.
Pero su escándalo más famoso lo protagonizó cuando se le acusó de secuestrar a la sobrina de Guillermo Cosío Vidaurri, ex gobernador de Jalisco; Sara.
Por Caro Quintero el Buró Federal de Investigaciones (FBI por su nombre en inglés) aumentó a US$20 millones la recompensa por su captura.
Actualmente Rafael Caro, de 67 años de edad está prófugo después de haber sido dejado irregularmente en libertad por un juez en 2013, cuando cumplía una condena de 40 años de cárcel, de los cuales había pagado 28.
En la década de los ochenta se le acusó de crear una extensa red de aliados entre políticos, militares y corporaciones policíacas.
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