Para llegar a consolidar al Cártel de Sinaloa, Joaquìn ‘El Chapo’ Guzmán Loera no escatimó en recursos de violencia; en los noventa se recuerda que para ganar la plaza de Tijuana a los hermanos Arellano Félix tácticas violentas y por primera vez en la historia del país ocurrieron balaceras donde población civil murió en el fuego cruzado.
Conforme salieron nuevos grupos criminales que intentaron quitarle el trono del capo más temido de México, Guzmán Loera se fue haciendo de aliados más sanguinarios y con la consigna de no dar tregua.
Uno de los episodios más terribles y trágicos en el México moderno que dejó al descubierto el lado más violento del ‘Chapo’ ocurriò en la guerra contra ‘Los Zetas’, brazo armado del Cártel del Golfo’.
Se dice que el sicario sinaloense ordenó la ejecución y decapitación de catorce integrantes del grupo rival en Nuevo Laredo, pero lo más cruel fue que abandonó los cuerpos y cabezas en la Asociación de Fuentes Aduanales, donde también aprovechó para enviarle un mensaje a las autoridades, con el fin de exigirles que dejaran de negar su presencia en la zona.
Al sinaloense le molestó que tanto el entonces alcalde de Nuevo Laredo, Benjamín Galván, y las fuerzas de seguridad federal tenìan su discurso oficial «de que aquí no pasa nada» y los amenazó a que rodarían más cabezas.
Guzmán Loera también les pidió a los Zetas dejar de meterse con inocentes y a no esconderse detrás de las autoridades y su discurso oficial.
Al capo le molestó que tratarán de negar la presencia del Cártel de Sinaloa en Tamaulipas y buscó a los ex aliados de los Zetas para hacer del territorio un verdadero campo de batalla, en la actualidad es uno de los estados con más muertos a causa de la guerra contra el narco.
