Los grandes capos de las drogas jamás pensaron en estar en una cárcel de los Estados Unidos y menos que saldrían libres de cargos.
Su captura y posterior extradición representó una labor de cooperación bilateral, Héctor ‘Güero’ Palma temía pasar toda su vida encarcelado y al mostrar buena conducta su sentencia de 16 se redujo a nueve. El líder y fundador del Cártel de Sinaloa en la actualidad permanece recluido en el penal del Altiplano.
Sobrevivió a la cárcel en la unión americana, pero al disfrutar de su libertad en nuestro país Francisco Rafael Arellano Félix en una fiesta fue asesinado por un sicario disfrazado de payaso.
La cabeza del cártel de Tijuana fue el primer gran narco mexicano extraditado a Estados Unidos, se dice que se retiró de la vida criminal y el control del grupo criminal pasó a manos de sus hermanos.
Sandra Ávila Beltrán, ‘La Reina del Pacífico’, fue condenada a 5 años y 10 meses de cárcel por ayudar económicamente a un narcotraficante que evadía la justicia (sólo pasó un año encerrada en Estados Unidos por considerarse su encarcelamiento en México).
Tras ser reatriada le concedió su libertad.
Mario Villanueva, ex gobernador de Quintana Roo, estuvo 10 años y 11 meses de prisión por conspirar para lavar dinero del narcotráfico, aunque sólo pasó 3 años en Estados Unidos por el tiempo encarcelado en México. En la actualidad está purgando pena en México por delitos pendientes.
Serafín Zambada Ortiz, “Sera” o “El Flaco”, purgó una condena de 5 años y 6 meses de prisión por distribución de cocaína y marihuana. Antes de convertirse en el narcotraficante más buscado por las autoridades de México y Estados Unidos, Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’, en 1994 fue detenido y condenado a pasar tres años de prisión por un Juez de California.
En documentos del Departamento del Tesoro del país vecino se confirmó que el actual jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación se declaró culpable de ‘conspiración para distribuir heroína’ en ciudades norteamericanas.
Aunque no se detalla el motivo de su liberación, la dependencia federal detalla que a su regreso a México siguió en el negocio de las drogas y casi dos décadas después se convertiría en el capo más peligroso.