La muerte de Claudia Ochoa Félix, ‘La Emperatriz del Ántrax’, por asfixia por broncoaspiración, producto de la ingesta de bebidas alcohólicas y otras sustancias que consumió, cimbró a la socialité buchona del país.
Su aparición en las noticias se debió a su presunta relación con capos de una célula criminal del Cártel de Sinaloa y por ser presunta pareja de Rodrigo Aréchiga, jefe de ‘Los Ántrax’.
A pesar de que durante su vida se dedicó a desmentir el vínculo con los narcotraficantes, el estigma de ser una mujer del narco la siguió hasta su fallecimiento, ocurrido el 15 de septiembre en un fraccionamiento privado de Culiacán, Sinaloa.
Ochoa Félix insistió en no conocer a los capos del grupo criminal y se presentó como una madre de tres hijos y que para mantenerlos ejerció puestos como enfermera e incluso alcanzó la etiqueta de influencer en redes sociales.
La bautizada como la Kim Kardashian mexicana caracterizaba a la perfección a las mujeres relacionadas con el narco y su figura cabía en la estética del narco dada a las buchonas; quienes usan maquillaje cargado, utilizan técnicas como el contouring y smoky eyes para enfatizar sus rasgos. Emplean largas pestañas postizas, labiales de colores encendidos y uñas largas con motivos muy llamativos.
Las buchonas son mujeres voluptuosas que visten ropa entallada para enfatizar aún más su silueta.
Con la muerte de Claudia comenzaron a circular rumores de que familiares de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera dedicaron por redes sociales sentidas despedidas a la que consideraron una mujer ejemplar, solidaria y dedicada al cien por ciento a sus hijos.
La Fiscalía de Sinaloa detalló que nunca existió una investigación por tráfico de droga contra la llamada ‘Emperatriz del Virus’.
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