Con casi cuatro décadas de ser uno de los cárteles de las drogas más poderosos de América Latina, la organización criminal de Sinaloa ha tenido diferentes cabezas y liderazgos en todo este tiempo.
La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) lleva más de treinta años siguiendo los pasos de la organización criminal e incluso conoce las entrañas del grupo que en los últimos 25 años introdujo a Estados Unidos alrededor de 200 toneladas de cocaína, lo que le habría generado más de 14.000 millones de dólares (USD) de ganancia.
Revelaron que en su nacimiento y hasta el 2009 los primeros jefes fueron Joaquín Archivaldo Guzmán Loera “El Chapo”, Ismael “El Mayo” Zambada e Ignacio Coronel.
Con la muerte de ‘Nacho’ y la captura del Chapo la organización no perdió poder e incluso se fortaleció hasta convertirse en el cártel con más ganancias por traficar drogas.
De acuerdo a la DEA, el Cártel se dividió en clanes familiares y cada uno está representado por jefes muy visibles. Aunque consideran a ‘El Mayo’ como el operador financiero; también lo conforman distintos grupos: uno representado por Rafael Caro Quintero, un segundo por los hijos de “El Chapo”, y la menos conocida es el de la familia Cázares Salazar, entre otros.
Si las autoridades consideran al Cártel de Sinaloa en vías de extinción, se equivocan y buscan con ayuda de aliados disminuir a Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’.
Las fuentes de seguridad afirman que las administraciones de México carecen de una estrategia efectiva para erradicar al grupo criminal; una prueba de ello fue la fallida captura de Ovidio Guzmán.