Conforme avanzaron en su carrera criminal, capos de los principales cárteles del país recibieron como principal tarea crecer el tráfico de drogas en las ciudades más importantes de México; entre ellas Guadalajara.
Gracias a que la capital de Jalisco les ofreció bonanza económica por sus delitos, los sicarios decidieron establecer su residencia en esta ciudad.
En los últimos años muchas de las cabezas criminales murieron abatidos en las calles tapatías, casos como el de Ignacio ‘Nacho’ Coronel o más reciente el de uno de los fundadores del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Martín Arzola Ortega.
Los cárteles de drogas en el país pasaron mucho tiempo en tregua, pero en mayo del 2010 tras el asesinato de Ignacio “Nacho” Coronel, uno de los máximos líderes del cártel del Pacífico, en una de sus residencias de Colinas de San Javier, en Zapopan, Jalisco; provocó una guerra intestina con miles de víctimas.
Tanto la muerte de Coronel y la detención de los hermanos Valencia en Jalisco propiciaron la aparición de Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’, y su grupo criminal.
Uno de los sicarios que quedó a cargo de la plaza era sobrino del propio ‘Nacho’, Mario Carrasco Coronel, alias “El Gallo”, fue ubicado por elementos del Ejército en la colonia Rinconada de Los Novelistas, por lo que al resistirse a entregarse fue abatido por los militares.
Martín Arzola Ortega, quien también se hace llamar Ramón Franco Zavala, alias “El 53”, uno de los presuntos líderes del Cártel de Jalisco Nueva Generación fue abatido en un restaurante de comida rápida el pasado 1 de agosto de este año.
En julio de este mismo año, Héctor Huerta Ríos, alias “La Burra” o “El HH” fue ejecutado en Zapopan, Jalisco, de acuerdo con lo que trascendió era un operador del cártel de los Beltrán Leyva.
Hace dos años fue abatido en un enfrentamiento contra corporaciones de seguridad el consuegro de ‘El Mencho’, José Luis Gutiérrez Valencia, conocido como “Don Chelo”, había salido ese mismo año de prisión.
