Como parte de los golpes perpetrados por el Cártel de los hermanos Beltrán Leyva a las células criminales relacionadas a Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera están los asesinatos cometidos contra familiares de los principales capos, entre ellos a Ignacio ‘Nacho’ Coronel.
Su intención era restar capacidad a sus rivales y comenzaron a amedrentarlos con acciones que violaron reglas no escritas en su código criminal.
El Cártel de Sinaloa llegó a la cima del negocio del tráfico de drogas debido a su sanguinarias estrategias, entre las que se contaba el asesinato de rivales en plazas donde antes no tenían injerencia.
Los Beltrán Leyva respondieron de forma más terrible y en 2008 mandaron matar a Édgar Guzmán, hijo del famoso capo, dos años después perpetraron un nuevo asesinato; esta vez la víctima era el hijo adolescente de ‘Nacho’ Coronel.
El capo tenía a su control las operaciones ilegales de la organización en la ciudad de Guadalajara y casi todo el estado de Jalisco, por lo que los otros grupos lo veían como una amenaza a sus intereses.
Alejandro Coronel Mardueño, de 16 años, fue ultimado en abril de 2010 en Bahía de Banderas, Nayarit; situación que le provocó una terrible depresión.
El responsable del homicidio fue Santiago Lizárraga Ibarra, operador de Arturo Beltrán ‘El Barbas’, en Mazatlán; quien poco después apareció sin vida.
Coronel, en represalia, secuestró a la esposa de Héctor Beltrán Leyva para liberarla días después sana y salva con una nota en la mano dirigida a sus enemigos que decía: ”Te la entrego sana y salva para que veas que para nosotros la familia es sagrada”.
El conocido como ‘El rey del crystal’ murió ese mismo año, a manos de elementos del Ejército durante un enfrentamiento en un exclusivo fraccionamiento de Zapopan.