Con la finalidad de combatir la competencia desleal que representan las fórmulas de grasa vegetal que hacen pasar por leche en supermercados o tiendas de conveniencia, investigadores del Centro Universitario de los Altos (CUAltos), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), realizaron una fundamentación técnica y teórica que sustenta una iniciativa de ley para defender a la auténtica leche que se produce en Jalisco.
En la propuesta de Ley para Regular la Denominación y Procedencia de la Leche y los Productos Lácteos, presentada por los diputados Mara Nadiezdha Robles y Salvador Caro Cabrera, pretende, entre otras medidas, que se coloque un sello de certificación a la leche auténtica y emitir sanciones, a fin de evitar que algunas empresas sigan “dando gato por liebre” a las familias; además de garantizar la seguridad e inocuidad del comercio de productos lácteos, y fortalecer a los productores del Estado que enfrentan una crisis económica.
Se determina que sólo se podrá nombrar como leche aquella “secreción natural de las glándulas mamarias de las vacas sanas” o de otras especies animales. De Alba Verduzco advirtió sobre los riesgos de consumir esos productos: “Si uno consume un yogurt o un queso que no es de leche, sino que son carbohidratos de papa, no va a brindar las proteínas ni las vitaminas para que se desarrolle la persona. Hablamos que en nuestro país el consumo de leche es alto, pero tendremos una sociedad no desarrollada óptimamente y engañada por quienes ofrecen estos productos”, denunció.
Esa ausencia de normatividad deja indefenso al consumidor y afecta a los productores de leche auténtica, la mayoría de ellos afincados en Los Altos de Jalisco, pues sus precios no pueden competir contra las “leches patito” que inundan el mercado.
Explicó que el precio de la fórmula láctea es de 2 pesos con 50 centavos, pero el de la leche de establo le cuesta al productor 6 pesos con 50 centavos cada litro.
En la región de Los Altos de Jalisco se producen 7 millones de litros diarios.