Debido a los problemas económicos que existían en su casa, la actriz Betty Monroe trabajó por primera vez cuando tenía doce años.
La también conductora reveló que para ayudar con los gastos a su mamá trabajó vendiendo buñuelos afuera de una iglesia en Guadalajara.
Dijo que después del divorcio de sus padres, vivió unos años con su papá en Mexicali, pero tiempo después regresó a casa de su madre.
Al cumplir los 17 años fue obligada a casarse con su novio, pero la inexperiencia provocó su divorcio.
Fue su mamá la que llevó a Monroe a relacionarse al mundo del modelaje y de los espectáculos, razón por la que le agradeció.
Recuerda con cariño los primeros pesos que ganó vendiendo comida, pero tras su preparación en la escuela de actuación de Azteca pudo acceder a otros mejores trabajos y la fama vino de la mano.
