Nunca logró dominar el tráfico de drogas en el indomable barrio de Tepito, en la Ciudad de México, pero Delia Patricia Buendía mejor conocida como “Ma Baker”, cortó la brecha para que sus predecesores pudieran operar desde esa zona brava.
Quizá los actuales integrantes del Cártel La Unión crecieron escuchando a sus padres de cómo una mujer se convirtió en la jefa de las drogas desafiando a los primeros líderes.
En su currículo profesional aparece que antes de vender y controlar a narcomenudistas en Tepito se desempeñó como empleada de la Secretaría de Educación, como cajera en un café de chinos y encargada de un centro social.
Sin embargo, Buendía comenzó a ganar dinero fácil con la venta de las drogas y para quitarse a rivales ordenó varios homicidios, pero un día mató a los hombres equivocados y tuvo que autoexiliarse.
Se asentó en el municipio de Nezahualcóyotl junto con su familia; sitio donde controló la operación de las llamadas “tienditas” y se constituyó como la cabeza visible del llamado cártel de Neza.
En las actividades ilegales involucró a sus nueros, Fernando Morales Castro alias “El Fer”, Mario Solís alias “El Tabique”, y Carlos Morales Gutiérrez alias “El Águila”, incluso a este último se le identifica como el segundo en el mando de la organización criminal que dirigía su suegra.
Con la “Ma Baker” el cártel de Neza lanzó sus redes de corrupción por diferentes dependencias de seguridad, lo mismo pagaba protección a policías corruptos, que ordenaba su muerte, como fue el caso del comandante Guillermo Robles Liceaga; además adquirió negocios como la arena de lucha libre de Neza.
Se dice que incluso corrompió a un “magistrado de Toluca” con un automóvil de lujo Gran Marquís y, en otra ocasión, 100 mil pesos en efectivo.
Pero se le acabó la suerte, fue a inicios del nuevo milenio cuando la primera jefa del narco fue detenida en su domicilio del municipio de Nezahualcóyotl.
Buendía fue recluida en el penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez, por narcotráfico y delincuencia organizada.
