Los familiares de una persona desaparecida deben de llevar un acompañamiento psicológico que pueda disminuir los niveles de estrés, ansiedad y depresión que suelen presentar después del hecho y durante la búsqueda de su ser querido, afirmó este martes el Jefe del Departamento de Psicología Básica, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Francisco José Gutiérrez Rodríguez.
Los familiares pueden desarrollar lo que se denomina “duelo suspendido”, es decir, alteraciones que impiden procesar una pérdida dolorosa y su resignificación, como ocurre en cualquier pérdida de una persona, explicó el especialista en conferencia de prensa, a propósito de la celebración del Día de Muertos, que se conmemora el próximo 2 de noviembre.
“Hablar del duelo suspendido es hablar de un tema delicado, complicado, donde para familiares y amigos de una persona desparecida es difícil hablar de lo que ocurre dentro de sí. Hay una serie de reacciones psicológicas de dolor, depresión, ansiedad, irritabilidad, sentimientos de culpa, sobre todo porque no tienen la certeza de si su familiar ha fallecido o no, y cuánto tiempo tenga que transcurrir para saber acerca de esta persona”.
Recalcó que la desaparición de personas es un problema que “va en ascenso en nuestro país”, y citó cifras de la Secretaría de Gobernación (Segob), que indican que de 2005 a 2017 hubo 5 mil 865 personas desaparecidas; y de la Organización de Naciones Unidas, que revelan que de 2006 a 2017 se cuentan 6 mil personas. Tan sólo entre 2010 y 2014, hubo un aumento de 974 por ciento de mujeres adolescentes desaparecidas en el país.
Sin embargo, las organizaciones y redes de madres y familiares que buscan a los desaparecidos indican que habría hasta 45 mil personas en esta condición. Jalisco ocupa el segundo lugar en el país en el número de casos de esta índole, al sumar al menos 3 mil.
Gutiérrez Rodríguez afirmó que para las personas que buscan a un familiar debe de haber una capacitación para saber cómo sobrellevar el duelo que se manifiesta con fatiga, cansancio, ansiedad, depresión y, en el caso de las madres, culpabilidad por no haber cuidado bien a sus hijos y no poder ayudarlos; es común que entren en crisis emocional.
La Directora del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica del CUCS, Martha Catalina Pérez González, enfatizó que los niños son la población más afectada porque viven el proceso de duelo sin poder manifestarlo, o sólo mediante conductas como agresividad, apatía, berrinches, problemas de aprendizaje y desórdenes alimentarios o cambios en sus hábitos cotidianos.
Esta falta de información y acompañamiento provoca que el duelo se complique y genera tristeza profunda, resentimiento por la pérdida, culpabilidad, dolor y sentimientos acerca de la pérdida del ser querido, atención extrema a sus recursos y las pertenencias que dejó, describió Pérez González.
Jornada de intervención el 1 de noviembre
El Coordinador de Extensión, del Departamento de Psicología Básica del CUCS, Víctor Oswaldo Orozco Estrada, anunció que el próximo 1 de noviembre llevarán a cabo diversas actividades académicas y culturales, que buscan prevenir e identificar trastornos mentales a familiares de víctimas y población general respecto a la muerte, el duelo y la separación.
Estas actividades iniciarán desde las 9:00 horas, en el auditorio Ramón Córdova del CUCS.
La entrada será gratuita.