Los jefes de los cárteles más poderosos del país decidieron establecer su residencia familiar en Guadalajara por considerarla una ciudad con varias comodidades; fue así que en la década de los setenta los primeros capos de las drogas llegaron junto a su familia a residir en fraccionamientos exlusivos.
Miguel Ángel Félix Gallardo, conocido como el zar de la cocaína, se estableció en una vivienda lujosa de la colonia Americana; así como invitó a sus socios Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca a establecerse en este sitio para fundar el Cártel de Guadalajara.
Fue en esta residencia cuando en 1989 fue detenido por elementos de la Procuraduría General de la República (PGR); sus bienes raíces fueron incautados.
Algunas de las viviendas propiedad del capo estaban ubicadas en fraccionamientos residenciales como Ciudad del Sol, Chapalita y Ruiz Galindo.
Caro Quintero y ‘Don Neto’ se establecieron en la colonia Providencia; al ser detenidos por las autoridades se incautaron sus propiedades, las casonas que los alojaron por varios años fueron demolidas.
Las nuevas generaciones de criminales como Joaquín Guzmán Loera, Francisco Arellano Félix y Vicente Carrillo Fuentes, siguieron el ejemplo de sus maestros adquiriendo propiedades en las zonas residenciales de Guadalajara.
‘El Chapo’ se estableció junto a su pareja e hijos en colonias donde habitaban familias de clase alta y que pertecen a la sociedad tapatía.
Antes de dejar Guadalajara para mudarse a Culiacán, a tomar el liderazgo del Cártel de Sinaloa, los ‘Chapitos’ vivían cómodamente y con todos los lujos posibles que ofrece la ciudad.
Se dice que ‘El Señor de los Cielos’ adquirió por 2 millones de pesos la casona construida entre 1906 y 1908 durante El Porfiriato, cuyo valor cultural es invaluable al estar ubicada en uno de los perímetros de la ciudad considerado como patrimonio arquitectónico.
Conocida como ‘Casa Versace’ es ha tenido varios usos como salón de eventos y otros negocios.
Los Arellano Félix compraron en el AMG más de 23 propiedades, por lo que gastaron mil 100 millones de pesos entre finales de los setenta y la mitad de la década de los noventa.
Aunque casi todas fueron aseguradas por la Fiscalía Federal; la madre de los fundadores del Cártel de Tijuana recuperó una mansión de tipo español y la vendió en 12 millones de dólares.
En la actualidad aún hay casas que pertenecieron a capos, la última en ser vendida fue la que habitó Ignacio ‘Nacho’ Coronel.
El predio está ubicado en la colonia Colinas de San Javier, entre los límites de Guadalajara y Zapopan.
