En la última década el grupo criminal identificado como ‘Los Zetas’ provocaron un alta incidencia de asesinatos por la lucha que mantenían con otros cárteles por el control de la venta de las drogas, pero también fueron de los primeros delincuentes en extorsionar, secuestrar a la población civil, así como lucrar con otras actividades ilícitas.
El Gobierno Federal señaló que casi al final del sexenio se pudo desarticular a esta banda, pero aparentemente existen células que siguen operando con sus negocios ilegales en el sureste de México.
Martha Figueroa, activista por los derechos de los pueblos indígenas, denunció que desde hace un par de años sujetos ligados a los Zetas explotan sexualmente a los integrantes de las comunidades tzotziles y tzeltales de Chiapas.
Acusó que los individuos comenzaron a grabar videos para adultos y los venden en municipios como San Cristóbal de las Casas.
Refirió que en establecimientos informales abundan películas con títulos amarillistas, presuntamente distribuidas, elaboradas por un grupo identificado como ‘Chamula power’.
Los delincuentes graban videos donde acosan, agreden e incluso abusan a menores de edad de comunidades indígenas de municipios como Chamula, Zinacantán, Chiapa de Corzo.
La organización civil adelantó que harán una investigación para denunciar ante las autoridades a los responsables de delitos como pedofilia y trata de blancas.
Además, quieren identificar a las víctimas para otorgarles toda la clase de ayuda posible y así frenar la explotación sexual contra la población indígena de Chiapas y otros estados.