Para la familia fundadora del Cártel de Juárez las venganzas de sus rivales les han obligado a vivir verdaderas tragedias.
Todos conocen la historia macabra en torno al cadáver del hermano más conocido, Amado Carrillo Fuentes, ‘El Señor de los Cielos’.
Antes que se diera a conocer la muerte del afamado líder del narco, la familia Carrillo había trasladado en secreto el cadáver de la CDMX a una funeraria en su ciudad natal de Sinaloa, aparentemente en espera de dar al multimillonario jefe de la droga un entierro discreto.
Sin embargo, cuando la madre de Amado Carrillo, Aurora Fuentes, identificó el cadáver desnudo de su hijo, numerosos policías armados con subametralladoras llegaron a la funeraria San Martín y secuestraron el cadáver en su ataúd metálico gris.
El cadáver fue trasladado de regreso a la Ciudad de México para corroborar que el cuerpo era del ex socio de Pablo Escobar; tras las pruebas realizadas, aparentemente la PGR confirmó la muerte de Carrillo Fuentes.
Algo similar ocurrió con el cuerpo del menor de los Carrillo Fuentes, José Cruz fue asesinado brutalmente por grupos rivales y su cuerpo fue calcinado.
Pero cuando sus restos se trasladaron al SEMEFO, un comando armado los robó y jamás se supo de su paradero.
Doña Aurora le dolió mucho no poder darle una despedida a su hijo.
Otra tragedia que pasaron fue cuando Rodolfo Carrillo Fuentes fue asesinado junto a su esposa Giovanna Quevedo Gastelum.
Aparentemente el doble homicidio lo ordenó Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán como medida al pago que los de Juárez querían cobrar por usar su territorio para pasar las drogas a los Estados Unidos.
La respuesta de los Arellano no se hizo esperar y más tarde ese año asesinaron en el Penal de La Palma a Arturo Guzmán, el hermano del capo más popular de México.
