Una investigación realizada por científicos y estudiantes del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), permitió descubrir que la cáscara del crustáceo cangrejo asiático ayuda a proteger nervios del cráneo o a regenerar huesos de la columna vertebral en seres humanos.
El compuesto conocido como quitosana, en combinación con otros compuestos, como el mineral hidroxiapatita, sirve para corregir daños en la columna lumbar en pacientes que sufrieron accidentes, traumatismos y lesiones estructurales.
Rodrigo Ramos Zúñiga, jefe del Departamento de Neurociencias del CUCS, explicó que a nivel experimental encontraron que dicho compuesto, empleado como un implante, funge como andamio para mejorar la estabilidad biomecánica de la columna.
Actualmente elaboran un protocolo clínico para aplicar el implante de la quitosana con el mineral tanto en cráneo como en columna de seres humanos, a fin de que pueda emplearse en los hospitales.
Su investigación la realizaron con roedores; al primer grupo no se le agregó nada para determinar su evolución natural, a las segundas se les colocó parte de su tejido, y a las terceras se les puso el implante diseñado como una cubierta protectora.
En los roedores en los que se implantó la quitosana combinada con el mineral hidroxiapatita, se constató que no causa reacción inflamatoria, tampoco fibrosis (cicatriz interna), por lo que no invade los nervios y no afecta las funciones motrices; además, forma hueso nuevo.
“Los resultados muestran que el proceso de consolidación de hueso es más rápido y eficiente con la quitosana combinada con la hidroxiapatita. En tanto, con los implantes de bancos de hueso de cadáver, no está exento de riesgos o con los importados, que resultan costosos”.
El compuesto sintetizado por los universitarios puede costar 5 por ciento de lo que valen los implantes de otros materiales y que pueden generar procesos de rechazo o reacción.