Guillermo Haro Barraza nació el 21 de marzo de 1913 en la Ciudad de México.
Es considerado como el fundador de la astronomía moderna en México.
Alfonso Reyes lo nombró el “sacerdote del telescopio”.
Antes de estudiar astronomía, Guillermo Haro se dedicó a la filosofía, pero cuando tenía 28 años encontró su verdadera vocación.
En 1941 conoció a Luis Enrique Erro, quien lo invitó a trabajar como ayudante en la instalación del observatorio astrofísico de Tonantzintla -en la sierra de Puebla-, que fue inauguró el 17 de febrero de 1942 con la presencia del presidente Manuel Ávila Camacho.
Haro Barraza permaneció un par de años en el observatorio de la Universidad de Harvard. Su experiencia fue fundamental para el observatorio de Tonantzintla.
En 1949 fue nombrado director del Observatorio Astronómico Nacional de Tacubaya y en 1951 se convirtió en director del observatorio de Tonantzintla, en sustitución de Erro.
También en 1949, a la par que el estadounidense George Herbig, halló lo que después se llamarían objetos Herbig-Haro, relacionados con la formación de estrellas. Además de encontrar novas, supernovas y cometas, en 1956 reveló la existencia de galaxias de color muy azul que también fueron bautizadas con su nombre.
En 1959 se dio a la tarea de identificar estrellas “”enanas blancas”” (similares al Sol pero en decadencia) y las T-Tauri (objetos jóvenes parecidos al Sol). Gracias a sus reconocidos estudios y destacada trayectoria, en 1986 recibió el premio Lomonosov de la URSS, un tipo de Nobel de astronomía.
Haro impulsó la ciencia en México no sólo con el intercambio de ideas y la creación de instituciones científicas (como el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica), sino también a través del apoyo a jóvenes para especializarse y adquirir en el extranjero la experiencia y los conocimientos que aquí faltaban.
Murió el 26 de abril de 1988, pero su legado perdura a través del tiempo.
Google le rinde un homenaje este 21 de marzo en su doodle. (Con información de WikiMéxico)
