En promedio, los habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) y de Jalisco gastan a la semana 120 pesos en la compra de agua embotellada; es decir destinan casi un tercio de un salario mínimo en este rubro.
Al ser considerado como un producto de la canasta básica, Lourdes Sofía Mendoza Bohne, académica del Departamento de Estudios Socio Urbanos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), sugirió a la población consumir agua de la llave con sistemas de purificación domésticos.
Sostuvo que al usar estos mecanismos, las familias se ahorrarán dinero y al beberla es más seguro.
Mendoza Bohne precisó que Jalisco es la segunda entidad del país donde más agua embotellada se consume, sólo por detrás de la Ciudad de México.
“Hay muchas empresas que tienen mecanismos para desinfección hogareña. Si comparamos lo que se gasta al año en agua embotellada con purificadores o sistemas de purificación de osmosis inversa doméstico, prácticamente sería más barato”.
A pesar de considerar más seguro el consumir agua de botella, aún se pueden presentar contaminantes emergentes como antibióticos y hormonas, que incluso no están contemplados en las normas oficiales.
La investigadora realizó un estudio junto a otros académicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), con la finalidad de medir el consumo promedio de agua embotellada y ofrecer alternativas a las familias.