Su nombre se relacionó a la de los empresarios sancionados por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, Omar y Efraín Caro Urías, sin embargo, Joana Rivera Sibson no está impedida para que de forma particular realice tratos con comerciales con residentes de la unión americana.
Pero la joven aparece en el acta constitutiva de los negocios “Lola Lolita 1110” y “Nocturnum”, usados presuntamente por el narco Raúl Flores Hernández para lavar dinero.
Sin ser un personaje clave en la investigación de las autoridades norteamericanas, en las redes sociales se le menciona como otra celebridad del grupo de personas que prestan su nombre al líder del Cártel de ‘Los Flores’.
Tal calificativo lo obtuvo al ser la ganadora del concurso Nuestra Belleza en su edición 2004, triunfo que le valió para representar a Jalisco en la etapa nacional.
Antes de irrumpir en el mundo empresarial, Rivera Sibson se dedicó en su juventud al modelaje, estudió Comunicación en el prestigioso Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO); parecía llevar una vida común, pero que entraba en los estándares sociales de éxito, al fungir como copropietaria del bar de moda de Guadalajara.
Sus apariciones públicas son efímeras, pero con lo suficiente para ser considerada como otra historia de una reina de belleza que fue seducida por el dinero y poder de los grupos delictivos.
VER: Reinas de belleza asesinadas por el narco