Fue el 11 de julio de 1991 cuando México vivió su último eclipse solar.
Al filo de las 13:24 horas el sol comenzó a apagarse y se hizo la noche.
El fenómeno apenas duró 54 segundos, el tiempo suficiente para cautivar a los mexicanos que vivieron intensamente el eclipse, ya sea observándolo con filtros, en el reflejo o siguiéndolo a través de la televisión.
Debido a que el anillo de diamante, nombre que recibe la fase total de un eclipse de sol, puede cusar daños en la retina, el gobierno mexicano, entonces encabezado por Carlos Salinas de Gortari, formó una comisión especial para difundir información preventiva para observar el fenómeno de manera segura. Incluso se distribuyeron filtros de manera gratuita para que la población pudiera apreciar el eclipse.
Dicho eclipse solar fue el más largo de los que se hayan registrado en el siglo XX.
El próximo 21 de agosto de 2017 habrá un eclipse solar que se verá en su totalidad Estados Unidos; en México podrá apreciarse en su fase parcial alrededor de las 16 horas. (Con información de WikiMéxico)
