Tanto presumen ser la cuna de los helados que las autoridades de Mexticacán erigieron un monumento a la paleta.
En este municipio de la región de Los Altos de Jalisco un alto porcentaje de sus habitantes vive de la comercialización de paletas heladas.
Los cronistas recuerdan que fue en la década de los años 40’s cuando la primera máquina para elaborar helados llegó al municipio, y a partir de ahí, el negocio lo retomaron varias familias.
Genarito Jáuregui es conocido como uno de los primeros habitantes de Mexticacán en elaborar el rico postre, quien junto con Tilde Ríos, inició a distribuir sus productos en Guadalajara y otros municipios aledaños.
Al ver lo redituable de la industria del helado, otros habitantes de esta localidad replicaron el modelo y comenzaron a abrir paleterías en la capital del estado.
Por los años 50’s los paleteros de Mexticacán entraron a otras ciudades del país como Aguascalientes, León, Veracruz, Monterrey, Durango y muchas más.
Su visión permitió que sus paisanos hicieran su patrimonio con una inversión mínima pero suficiente para expandirse casi por todo el país e incluso llegar a la Ciudad de México.
Una marca de paletería fundada por habitantes de Mexticacán logró su internacionalización en 1970, al abrir un negocio de ‘La Higiénica’ en Panamá.
Los industriales de los helados pasaban las vacaciones de invierno en su municipio y fue así que con los años establecieron la Feria de la Paleta, actualmente considerada como una de las exposiciones del sector más grande de México.
A principios del nuevo siglo, una tercera generación de paleteros de Mexticacán anunció su interés por conquistar los mercados de Estados Unidos y Europa.
Aseguran que sus paletas heladas gustan tanto por mantener un proceso muy tradicional y artesanal en su elaboración.
Destacan que varias familias ya no hacen paletas, pero siguen en la industria comercializando maquinaria, equipo y materias primas para elaborarlas.
Los pobladores de Mexticacán se dicen orgullosos de su vocación heladera.