En la segunda mitad de la década de los 90´s un personaje de ficción encarnado por un locutor de una radiodifusora tapatía saltó a la fama. “El Morro” se volvió todo un éxito por su peculiar voz, su atrevimiento, bromas y su estilo que, refrescó a la industria del entretenimiento del país.
Tomás Rubio y José ‘Pepe’ Magaña, son los nombres de los responsables de que una botarga gigante de un niño fuera conocida en México, parte de los Estados Unidos e incluso América Latina.
Rubio recuerda como de un rato de ocio se fue creando un personaje que se volvió entrañable en la farándula popular, y que incluso grabó discos, realizó presentaciones en televisión y fue nominado al Grammy.
Ambos locutores permanecen en la radio, aunque trabajan en cadenas latinas asentadas en el país vecino del norte.
Magaña es uno de los latinos con más peso en la industria de la música de Los Ángeles y es considerado como impulsor de las carreras de cantantes como Lupillo Rivera, Jenni Rivera, Valentín Elizalde.
Por su parte, Rubio actualmente tiene un show radial que se transmite por diferentes emisoras, aunque el simpático ‘chiquillo’ se mantiene en el mundo del espectáculo, añora los años donde en cada estación se escuchaba una de sus canciones.
Los creadores de este concepto coinciden en que el momento cumbre de ‘El Morro’ llegó en 2001, cuando recibieron una nominación en la categoría de mejor productor infantil, así como al ser premiados por la revista Furia Musical como ‘El Suceso Musical del Año’.