Además de ser un recinto cultural , el Hospicio Cabañas es parte importante de a tradición gastronómica de Guadalajara, ya que ahí se hicieron las primeras jericallas postre tapatío por excelencia.
Este postre fue creado de manera accidental a principios del Siglo XIX cuando una monja de apellido Jericua o Jericá era la encargada de la cocina del Hospicio que entonces se llamaba Casa de la Caridad de Guadalajara.
De acuerdo con el blog Cocina Tlacuani, monja decidió elaborar un postre que ayudara a los huérfanos a mejorar su alimentación y que les resultara atractivo.
Para ello utilizó huevo, leche, canela y vainilla alimentos ricos en proteínas, calcio y azúcar para revitalizar a los pequeños.
Cuando la monja preparó la mezcla de los postres la puso a hornear, pero se le olvidó que se cocinaban.
Cuando recordó que había dejado los postres horneando y los sacó, percibió que en la parte superior estaban quemados, pero al probarlos se dio cuenta que este recubrimiento le daba un sabor especial al postre.
Los niños aceptaron muy bien el postre, por lo que la receta se extendió por las colonias de la ciudad hasta convertirse en el postre típico de Guadalajara.
En honor a esta monja fue que el postre comenzó aser llamada jericalla.
