Cáncer en animales, ¿es contagioso?

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El cáncer facial de los demonios de Tasmania, el cáncer venéreo de los perros y los cánceres contagiosos de las almejas y los hámsters sirios, han encontrado formas de sobrevivir a la muerte de los seres en los que se originaron.

De acuerdo con el texto Cánceres contagiosos de Mariana Esther Martínez en Cienciorama de la UNAM, en 1996 un demonio de Tasmania hembra desarrolló cáncer.

Veinte años después la hembra ha alcanzado un extraño tipo de inmortalidad: ella está muerta, pero sus células siguen en la población de los demonios de Tasmania que la sobreviven, en la forma de un cáncer que amenaza a toda la especie.

¿Pero cómo puede el cáncer, una enfermedad que ataca generalmente a un solo individuo, amenazar a toda una especie?.

Todo da inicio cuando una célula empieza a duplicarse continuamente sin importar las equivocaciones durante el proceso; para que esto ocurra deben fallar la regulación de la replicación celular y la corrección de errores en el ADN.

Si el cáncer agota los recursos de un tejido, puede encontrar formas de migrar a nuevos tejidos y propagarse por el organismo. El cáncer más antiguo que se conoce es el cáncer venéreo de los perros, el cual se contagia sólo entre los cánidos e infecta principalmente a los perros, aunque a veces también a coyotes y a los lobos.

Un perro se contagia cuando entra en contacto con las células cancerosas de otros perros, no es necesario que haya un virus u otro agente de contagio, con las células cancerosas vivas basta. Cuando los perros se huelen, lamen, muerden o aparean con perros infectados, las células cancerosas pasan de un animal a otro y le dan un nuevo hospedero al cáncer.

Una vez que el animal se infectó, el tumor crece durante aproximadamente seis meses, para después llegar a una fase estable y, generalmente, desaparecer cuando la respuesta inmunológica del perro logra controlarlo.

Para mayor información en Cienciorama

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